A la conexión Madrid-Lisboa y el espacio por la que transcurre, el economista y vicepresidente de la Real Sociedad de Amigos del País, Antonio García Salas, socio director de Cooperación Glocal y promotor de Extremadura en Red, considera que «hay que ponerle un nombre, el de Corredor del Suroeste Ibérico», así como que «es necesario generar un concepto en torno a él». Y ello con el fin de «identificarlo, reivindicarlo y defenderlo ante los intereses de otros territorios».

Así lo manifestó en la conferencia ‘El corredor del Suroeste: eje de desarrollo ibérico’, que impartió ayer en la Sociedad de Amigos del País. La propuesta surge en un contexto en el que ve «que en España se produce una gran lucha y presiones entre sus territorios para acaparar las inversiones en infraestructuras de comunicación, que vienen a consolidar flujos existentes y mejorarlos en velocidad y capacidad».

Explica García Salas que «todos estos corredores existen y tienen su nombre; todo el mundo entiende cuando nos referimos al Corredor Mediterráneo, del Atlántico, Central, del Cantábrico o Cantábrico-Meditarráneo». Y propone denominar «Corredor del Suroeste Ibérico la conexión entre Madrid y Lisboa por Extremadura». Con ello, pretende «recuperar el espacio de todo el suroeste ibérico que antes de los romanos era la Lusitania y tuvo gran entidad única hasta que en la Reconquista, en el siglo XIII, se partió y convirtió en el patio trasero de los dos países, en un culo de saco».

Destaca García Salas que dicho corredor, «como concepto no mejora la situación previa, sino que crea una nueva, es un salto más cualitativo que cuantitativo, que puede ser la espoleta para cambiar la tendencia que tenemos las dos regiones limítrofes respecto a las diferencias con el resto otras regiones de España; nos cambia de ubicación, de ser patio trasero a ser espacio de encuentro.»

Señala que en momentos en que se aceleran los compromisos de ejecuciones de infraestructuras con fechas de finalización, el único corredor que no tiene ese compromiso es el Suroeste Ibérico. «Y no se puede esperar más porque ello incrementaría las diferencias con las otras regiones». Así, una propuesta «factible sería que en este mismo año se hiciesen mejoras en el servicio ferroviario, el tren digno 2017; se fuesen incorporando los tramos disponibles para tener en el 2019 el tren de altas prestaciones; en el 2020 funcione un AVE en el interior como se ha realizado en Galicia, y a ser posible que tuviese su prolongación hasta Lisboa, como ha pedido el Pacto por el Tren en Extremadura para que en 2023 estuviese en pleno funcionamiento la línea Lisboa-Madrid con las mayores prestaciones de velocidad».

Indica García Salas que «hay infraestructuras con mayor retraso en España en las que el Gobierno ha comprometido estas fechas», y que todo es «cuestión de voluntad, presupuesto y capacidad de gestión».