Concluyo con los cristales de roca. Resulta que los colegas del equipo luso-belga que trabajó en Marvão obtuvieron algunas conclusiones inesperadas con sus estudios geofísicos en relación con esa algo misteriosa ciudad romana de Ammaia, tan cercana a la frontera española. Parece que esta población debió su importancia económica, manifiesta en la calidad de sus edificios, a la explotación de ciertas materias minerales. Y una de ellas era, precisamente, el cristal de roca. Ese cuarzo hialino, nunca considerado piedra preciosa, siempre gozó de un aprecio especial. Durante la Edad Media se creyó que era luz petrificada. La conclusión, una vez recorrido tan tortuoso camino investigador es que, efectivamente, al- Himyari parece tener razón en ese punto, en contra de la opinión de todos sus críticos. Es verdad que a algunos kilómetros al norte de Batalyaws/Badajoz se extraía cristal y, seguramente, en cantidades lo suficientemente grandes como para abastecer a alguna industria cuya ubicación resulta desconocida. El segundo equipo de investigadores a los que hice alusión trabajó en Medina Azahara, la ciudad califal de los alrededores de Córdoba, fundada en 936. Fue saqueada, al menos su parte áulica, en 1010, cuando la revolución que acabó con la primera fase del Califato. Todo lo que había allí se robó y, con el tiempo, se la privó de sus materiales constructivos aprovechables. Solo quedaron intactos, en sus puntos más recónditos, las alcantarillas, con su contenido. Debiera decir algunas, porque aquellas más someras fueron violadas para extraer las tuberías de plomo por donde circulaba el agua potable. Allí, en un punto intocado de las del Alcázar, apareció cristal de roca sin tallar. Es decir, materia prima. ¿Qué hacía allí? Era un desecho procedente de un taller. Y eso significa que en la ciudad no solo se labraron extraordinarias piezas de marfil, también es posible que funcionara una manufactura de cristal de roca. De frascos y otros objetos. ¿De dónde venía esa materia prima? Sin descartar otros posibles yacimientos aún desconocidos, del área de Ammaia. Así pues, el territorio administrado desde Batalyaws se convirtió en un abastecedor de los talleres califales.