Nadie que no conozca las entrañas y secretos del edificio del López de Ayala de Badajoz podría imaginar que detrás de una puerta blanca de emergencia situada en la planta baja, en el pasillo izquierdo que bordea el patio de butacas, se abre un enorme espacio en bruto de tres plantas que ocupan en torno a 2.000 metros cuadrados, donde desde hace 23 años las palomas se crían a su libre albedrío y el fantasma Federico campa a sus anchas. Se trata del ala izquierda del teatro, que tienen su entrada natural a través de tres puertas clausuradas en la calle Pedro de Valdivia.

Desde fuera, con una situación privilegiada, nada lleva a pensar que detrás de puertas y ventanas todo está en bruto. En la planta baja se abre un enorme distribuidor cuya altura alcanza las tres plantas, a modo de patio de luz interior, que comunica de frente con una gran sala con las puertas blancas que dan la calle, de las que solo faltan los marcos. Sería el lugar perfecto para que el teatro pudiese contar con una oficina de información, de la que carece. La derecha está flanqueada por un imponente arco. En el proyecto inicial estaba prevista una sala para más de 300 espectadores sobre el muelle de descarga, que no llegó a realizarse.

A la izquierda, una escalera de caracol que rodea un enorme cilindro sin relleno y el hueco del ascensor comunican todos los pisos. Las plantas superiores cuentan con 12 ventanales por los que entra la luz a borbotones, que no puede reflejarse en el ladrillo sin lucir. La mayoría de los muros se levantaron nuevos y son perceptibles las divisiones de viviendas originarias que ocupaban el solar.

Este diario ha podido acceder a este espacio sobre el que han existido distintos planes desde que en 1993 se inaugurase la obra de rehabilitación de este céntrico edificio, de propiedad municipal, en la que se dejó pendiente este ala. El teatro está gestionado por un consorcio integrado por la Junta, el ayuntamiento, la diputación y la Fundación Caja Badajoz.

Se han propuesto distintos planes para darle uso, pero ninguno se ha materializado. En el 2008, la Junta de Extremadura anunció que estaba realizando "estudios serios" para rehabilitar el ala izquierda. Años antes se había presentado un proyecto a Cultura 2000 y al 1% Cultural del Ministerio para que se rehabilitase pero no cuajó. La Junta acaba de confirmar a este diario que la situación no ha cambiado y no existe ninguna decisión tomada sobre este espacio sin uso. El último en mover ficha ha sido el grupo municipal socialista que, a través de un comunicado, ha pedido al ayuntamiento el arreglo del ala izquierda porque está dañando el resto del inmueble.