El inmueble de la calle Bravo Murillo donde funcionó el Proyecto Vida y que en los últimos inviernos ha servido para ofrecer cobijo por las noches a personas que vivían en la calle está en obras para convertirse en albergue para personas sin hogar, donde dar continuidad a la atención que se les está prestando en el polideportivo Las Palmeras desde que se inició el confinamiento con motivo del estado de alarma generado por la crisis sanitaria. Este recurso ha sido reclamado por Cáritas, que presentó el proyecto a la Dirección General de Servicios Sociales y Familia de la Junta de Extremadura, que le ha dado el visto bueno, pendiente de la reunión que mantendrán esta tarde, según confirmó ayer a este diario el delegado de Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz, Francisco Maya.

En Las Palmeras había ayer acogidas 48 personas. Una parte se trasladará al Centro Hermano en Badajoz, otra al Padre Cristóbal de Mérida y un grupo a las instalaciones de Bravo Murillo, que ya se están acondicionando, con la posibilidad de disponer de entre 20 y 25 plazas. Este albergue temporal estuvo funcionando este invierno hasta que debido al estado de alarma se cerró porque no podía garantizar la seguridad de las personas acogidas y aunque reabrió para ofrecerles un techo las 24 horas, después fueron reubicadas en Las Palmeras, pues las plazas disponibles en Bravo Murillo eran insuficientes.

La intención de Cáritas era ocupar el albergue juvenil del Revellín (cerrado desde el 2017), de titularidad municipal, pero en estos momentos está ocupado por unidades de la Policía Local de Badajoz como medida de distanciamiento. El Revellín se barajó como una opción para darle una continuidad más estable al proyecto de acogida de personas sin hogar en la ciudad.

Maya señala que la pretensión de Cáritas es mantener una estrecha coordinación con el ayuntamiento en el funcionamiento de este recurso de manera permanente. Cáritas ya cuenta con el compromiso de la Junta para poner en marcha el centro de Bravo Murillo para dar continuidad a la atención integral prestada en Las Palmeras. Los pormenores se acordarán en la reunión que mantendrán esta tarde con la directora general y responsables de Atención Primaria.

La pretensión de Cáritas es que en Badajoz funcione un centro permanente de acogida, pero de momento se garantiza por parte de la Junta hasta diciembre, por motivos presupuestarios, cuyo margen es anual. La semana pasada ya se trasladaron algunas personas de Las Palmeras al Centro Hermano y al Padre Cristóbal y esta semana continuarán saliendo. Maya espera que en dos semanas al menos puedan ser reubicadas 15 personas entre ambos centros. Como ya explicó a este diario, de cada uno de los acogidos se ha realizando un estudio sobre su situación social antes de decidir su reubicación.

La idea de Cáritas es que el traslado al albergue de Bravo Murillo se pueda producir en la segunda fase del desconfinamiento, en torno al 25 de mayo.