Desde el pasado 24 de octubre el albergue juvenil el Revellín permanece cerrado. Tras cuatro años -se inauguró en septiembre del 2013--, el contrato con la concesionaria, la UTE integrada por Geoactiva y Naturacción, ha cumplido. El ayuntamiento ha decidido no prorrogar la concesión hasta que se saque a concurso público de nuevo el contrato y, según señaló ayer a este diario el concejal de Juventud, Francisco Javier Pizarro, se va a aprovechar este «cese temporal de la actividad» para acometer obras de mejora en las instalaciones.

En este sentido, explicó que se va a reformar la cocina y se construirá una cafetería para los usuarios del alojamiento, de la que ahora carece, que también explotará la empresa a la que se adjudique la gestión del albergue. Pizarro apuntó que el nuevo pliego de condiciones no podía licitarse sin incluir estos nuevos servicios, por lo que se tomó la decisión de que permanezca cerrado durante varios meses.

Las obras, aún pendientes de licitación, tienen un presupuesto de 30.000 euros con cargo al Plan de Impulso de la Economía Local y deben estar terminadas antes del 31 de diciembre. La intención es que en cuanto los trabajos hayan concluido, se publique el nuevo pliego de condiciones, que «ya está listo», dijo.

La previsión, según el concejal, es que las instalaciones reabran en el primer trimestre del 2018, a ser posible antes de Carnaval, pues es una de las fechas del año en las que mayor ocupación registra.

Pizarro avanzó que el nuevo contrato incorporará algunas «novedades», aunque prefirió no dar más detalles por el momento. Sí señaló que Intervención Municipal está estudiando «una reordenación de los aspectos económicos» en lo relativo al canon que se abonará a la concesionaria --el anterior era de 218.000 euros anuales-- y afirmó que la intención del ayuntamiento es mantener las actuales tarifas que pagan los usuarios por alojarse. El edil apuntó que hay varias empresas interesadas en hacerse con esta concesión municipal.

La UTE que gestionaba el albergue además se encargaba de la apertura, cierre y limpieza del centro de asociaciones, que también permanecerá cerrado durante este tiempo porque, aunque la gestión de los espacios dependen directamente de la Concejalía de Juventud, no hay personal que se encargue del mantenimiento. No obstante, el concejal señaló que no ha habido problemas y que a los colectivos que han solicitado una sala, se le ha cedido alguna en la sede de Ronda del Pilar.

El albergue del Revellín, el primer alojamiento de este tipo que se pone en marcha en la ciudad, cuenta con 62 plazas, repartidas en 11 habitaciones. Un año después de su apertura y a la vista del bajo número de usuarios, las tarifas se rebajaron lo que, junto a las acciones de promoción llevadas a cabo por la concesionaria, lograron que las pernoctaciones se incrementasen, según resaltó Luis Mariano Cordero, uno de los adjudicatarios. «La ocupación ha ido creciendo, lo hemos levantado y estábamos esperando a ver las condiciones del nuevo contrato», apuntó, al tiempo que consideró que ha existido «poca previsión» por parte del ayuntamiento, pues, a su juicio, no habría sido necesario un cierre temporal si se hubiera sacado ya el nuevo pliego de condiciones. Cordero explicó que su contrato vencía el 30 de septiembre y que fue el concejal de Juventud el que les solicitó «verbalmente» que continuaran con la actividad unos días más, hasta que a finales del mes de octubre se les comunicó que echaran el cierre.

En el 2016 se registraron 1.771 clientes, un 30% más que el año anterior, y este año, hasta el 24 de octubre, se habían contabilizado 1.262. La ocupación media en el último año no llegó al 10%. Cuando se cerró el 24 de octubre solo había una persona alojada, que había reservado para 5 noches y se le devolvió el importe de las tres que le quedaban. También había algunas pre-reservas para los próximos meses, aunque Pizarro señaló que no se trata de un dato fiable, pues en unos casos se cierran, pero en otros finalmente los interesados no se alojan.