Los ocho poblados dependientes del Ayuntamiento de Badajoz van a poder elegir a sus alcaldes. Perdón, a los delegados del alcalde de Badajoz. El PP insiste en que no es lo mismo, que el alcalde de las pedanías es el alcalde de Badajoz y que los que a diario entran y salen de los ayuntamientos pedáneos y atienden las quejas y demandas de sus vecinos son sus representates. La oposición en la corporación pacense, por su parte, tiene claro que son alcaldes de sus pueblos y que con tal título los tratan no sólo sus conciudadanos sino también el propio equipo de gobierno. Son alcaldes o no en función de quién los defina.

Será a finales de año o principios del 2017, cuando los vecinos de Alcazaba, Alvarado, Balboa, Gévora, Novelda del Guadiana, Sagrajas, Valdebótoa y Villafranco del Guadiana podrán decidir quiénes los representan. El problema está en definir no a quiénes representan, sino en calidad de qué, cómo y para qué ejercerán esta representación. El PP ya ha dejado clara cuál es la función de los delegados del alcalde en las pedanías: son personas de su confianza, nombradas por el partido y son los que representan al alcalde en estos pueblos, que los populares se empeñan en definir como barrios de Badajoz. Pero no lo son, ni por idiosincrasia, ni por distancia, ni por los servicios que disfrutan, ni siquiera por la forma de vida. Los vecinos de los poblados se sienten identificados con el lugar en el que viven, son de allí y no de Badajoz, aunque administrativa y políticamente dependan del ayuntamiento matriz.

La cuestión está en que el alcalde que resulte elegido en la consulta que organiza la casa madre, por empeño de Ciudadanos, va a pasar a ser representante de sus vecinos, de sus cuitas, necesidades y reclamaciones. Hasta ahora pocos ejemplos podemos recordar de que los delegados de los alcaldes, designados digitalmente, hayan actuado en nombre de los vecinos, sino en sentido contrario. Que el alcalde de Badajoz y todo su equipo insistan en que poca confianza van a depositar en los delegados electos si no resultan de su mismo partido, no les restará representatividad,porque si en alguna situación desde Badajoz se desprecian peticiones de los alcaldes democráticamente elegidos, servirá de reproche por parte de estos vecinos, que tanto aprecio merecen como los que viven en Badajoz ciudad. Se verá entonces si es verdad que un poblado es como un barrio más.

Si el PP ha accedido a elaborar y a que se apruebe un reglamento municipal para la elección de los «representantes de la alcaldía» en las ocho pedanías, es porque legalmente es posible convocar esta consulta vecinal. A nadie se le escapa que tradicionalmente en los poblados de Badajoz gana el PSOE en los comicios municipales. Es entendible por tanto que los populares hayan aceptado a regañadientes continuar con esta convocatoria. Pero gracias a este acuerdo, junto a otros 20 compromisos, el alcalde de Badajoz es el popular Francisco Javier Fragoso, porque fue uno de los requisitos del grupo municipal de Ciudadanos para permitir su investidura con su abstención.

No debe ser tan complicado respetar la voluntad popular. En Portugal funciona. En el país vecino los municipios o concelhos se dividen en freiguesías, que equivalen a pedanías. La junta de freiguesía es elegida por los miembros de las asambleas, órganos votados directamente por los censados, y su presidente es el candidato de la lista más apoyada. Es el representante legítimo de sus vecinos, no del ayuntamiento matriz. A eso se le llama participación ciudadana. H