La mayoría de edad de algunos hijos de famosos se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para sus padres. El último en unirse a tan turbulento club ha sido José Fernando, hijo adoptivo del diestro José Ortega Cano y la fallecida Rocío Jurado. La Guardia Civil le detuvo la noche del miércoles por robar con violencia una cartera y las llaves de un vehículo que posteriormente apareció calcinado, y le acusa de formar parte de una banda criminal, ya que no es la primera vez que él y sus amigos protagonizan un incidente similar. Y siempre, a las puertas de un conocido local de alterne en las afueras de Sevilla.

EN UNA ACADEMIA MILITAR Los problemas de José Fernando, de 19 años, se remontan a su adolescencia, cuando su carácter rebelde y sus malas amistades hicieron que sus padres le enviaran a una academia militar en EEUU, de la que volvió tras enfermar la cantante. Tras el golpe por el fallecimiento de Rocío Jurado, las cosas no mejoraron, y la relación entre padre e hijo se enfrió aún más.

Para alejarle de las malas compañías, Ortega Cano envió al adolescente a un internado en Irlanda, del que fue expulsado por sus continuas faltas de asistencia. De vuelta a casa, el joven vivió no pocos enfrentamientos con el extorero, marchándose de la finca La Yerbabuena en varias ocasiones. Los motivos, algunos tan vanos como que el diestro no estuviera conforme con la relación que su sobrino e íntimo amigo de José Fernando mantenía con una de las trabajadoras de la finca.

Las idas y venidas se sucedieron con la intermediación de su hermana Gloria Camila. La situación no se calmó siquiera con el aparatoso accidente de tráfico que acabó con la vida de un hombre y con Ortega Cano ingresado en estado muy grave. La ruptura se hizo casi definitiva el pasado año, cuando el joven cumplió la mayoría de edad y recibió la parte de la herencia de su madre, cercana al millón de euros, según algunas fuentes.

En este tiempo, mientras el diestro intentaba rehacer su vida y engendraba un nuevo hijo, el joven protagonizó no pocos titulares con el consiguiente disgusto para su padre: una cogida leve en un encierro taurino, una polémica entrevista televisiva, cierta afición a los prostíbulos y a montar bronca en ellos...

La Guardia Civil le seguía la pista desde hace un mes, cuando fue sorprendido hurtando un móvil del interior de un coche aparcado enfrente del mismo local donde a principios de este mes se produjo la trifulca que terminó con robo, agresión y huida en el coche de la víctima, que apareció calcinado días después. Ahora, el destino de los dos hombres del clan Ortega pasa por los juzgados. El extorero ha recurrido la condena a dos años y medio de cárcel por homicidio por imprudencia y conducción temeraria, mientras que el hijo pasará a disposición judicial acusado de robos con violencia y pertenencia a grupo criminal, castigados con entre 2 y 5 años de cárcel.