Poco importa que en esta ocasión, y que tanto para su exposición anual sobre moda como para la gala que le acompaña, el museo Metropolitan de Nueva York haya decidido este año celebrar el punk con la muestra Punk: del caos a la costura .

El lunes, el templo del arte volvió a convertirse en una pasarela comparable a la de los Oscar y, aunque hubo quien hizo guiños al movimiento homenajeado y hubo suficientes ojos bañados en sombra oscura y tachuelas como para viajar unas décadas atrás, se vio más alta costura que espíritu hazlo tú mismo , más glamur chic que originalidad, mucho más convencionalismo que rebeldía.

No se le puede negar libertad de interpretación a Anna Wintour, que tras oír del comisario Andrew Bolton que el rosa era el color más punk, optó por un vestido de flores de Chanel que es difícil imaginar en su día en garitos de Londres o del East Village.

No fueron despreciables los intentos de rendir homenaje al punk que hicieron una Miley Cyrus cada vez más alejada de su imagen de artista infantil de pelo corto y en punta y vestido de rejilla, una Sarah Jessica Parker (La Carrie Bradsaw de Sexo en Nueva York ) de exuberante cresta (artificial y de marca) o una Sofia Coppola que optó por ponerse el pijama de Marc Jacobs. Pero aunque Beyoncé se declarara "un poco rebelde", el traje de una de las presidentas de honor de la gala solo tenía algunos trazos de original.

Justo después llegó para cerrar una alfombra por la que desfilaron también Pedro Almodóvar y Josep Font, alguien que vio y vivió en los 80 el punk neoyorquino: Madonna. Se presentó ataviada con unos zapatos rosa chicle y luciendo medias agujereadas y tachuelas en el cinturón, todo ello con una chaqueta bajo la que no se discernía pantalón ni falda.

No fue, sin embargo, la chica material, sino otra mujer de pasado punk, Vivienne Westwood, quien con una foto en su pechera de Bradely Manning, el soldado de las filtraciones a Wikileaks, pedía "verdad" y transparencia en su procesamiento y recordaba a quien le ponía un micrófono cerca un objetivo del movimiento que algunos mantuvieron vivo incluso en una gala tan paradójica: "Justicia y un mundo mejor".