Los alumnos de la Facultad de Biblioteconomía, Documentación y Comunicación Audiovisual no están dispuestos a quedarse con las manos quietas mientras otros deciden sobre su futuro. Desde que salió la sentencia del Tribunal Supremo que obliga a demoler parte de la edificación donde está la biblioteca, del salón de actos y de la cafetería y aulas y todos los despachos de profesores, han dado los pasos que han podido para intentar evitar salir perjudicados.

De momento, han editado 2.500 octavillas, de las que ya han distribuido 500, en pasillos, puertas, ventanas y escaleras de la facultad, en las que reza: "¡No al derribo del cubo! 5 millones de euros para construirlo, 8 millones de euros para tirarlo. Ahora nos quedamos sin facultad. Los problemas legales que los paguen los responsables. ¡No los estudiantes!". En la facultad ayer no se hablaba de otro tema.

El Consejo de Estudiantes convocó el pasado lunes una reunión con los alumnos del centro en el salón de actos. Según Roberto Nieves, miembro del Consejo de Estudiantes, "la gente está bastante interesada por el tema porque nos afecta directamente". Estuvieron valorando la situación a la que se enfrentan, porque en principio, según ha declarado el rector de la Universidad de Extremadura en este diario, no hay dinero para construir una facultad nueva y "habría que buscar fondos" por lo que lo mejor para ellos "es no movernos de aquí".

El viernes fueron a hablar con el decano, que les dejó claro que sin "cubo" la facultad no es viable, pues ya con estas instalaciones tienen problemas de espacio. De hecho, en estos momentos está en obras un ala de un corredor para habilitar más aulas.

Por eso, si finalmente se derriba el "cubo" y mientras se construye otra facultad, los estudiantes se temen "que nos van a tener de prestado" compartiendo edificio con otras facultades. También sospechan que de edificarse un nuevo centro, no disfruten de los mismos servicios debido a que los fondos serán limitados, pues la facultad de ahora dispone de estudios de televisión y de radio, taller de fotografía, entre otros. Por otro lado, los alumnos están a gusto en el actual enclave, "porque tiene un encanto especial".

ENTREVISTAS Además de distribuir las octavillas, intentaron asistir a la reunión entre la Consejería de Cultura y la asociación Amigos de Badajoz, pero no se lo permitieron. También quieren ponerse en contacto con el presidente de la asociación. Se han reunido además con el concejal de IU, Manuel Sosa. "Hablaremos primero con los implicados para sacar conclusiones", explicó Nieves.

A partir de ahí "vamos a movernos todo lo posible" y ya se plantean convocar concentraciones y encierros en la facultad, según se vayan desarrollando los acontecimientos. Aducen que si les garantizan que les darán un edificio mejor que el actual "no nos quedará otra, porque esto es un problema legal". Pero en principio no es lo que esperan. "Nos lo están poniendo muy negro --señaló otro miembro del consejo, Manuel Mansilla-- al final lo que conseguirán es que se vaya la carrera y eso es malo para la ciudad, sobre todo para el centro, que necesita esta facultad por la gente que sube y baja continuamente". "Nosotros no entramos --declaró-- en que si el cubo tiene que estar o no, sino en que la facultad tiene que estar aquí".

Roberto Nieves añadió que los perjudicados no solo son los más de 400 alumnos y los trabajadores del centro, sino los negocios del entorno que se nutren de la actividad universitaria. Mansilla recalcó que resulta "kafkiano" que se tenga que construir una facultad nueva existiendo ya unas instalaciones.

Nieves, por su parte, dijo tener claro que el "responsable legal" de lo ocurrido es el ayuntamiento, por conceder la licencia que no se adaptaba al plan urbanístico, pero no comprende que todos estos perjuicios tengan su origen en un "problema temporal", pues al poco tiempo se cambió el planeamiento donde el "cubo" está legalizado. "Las responsabilidades las tendrían que asumir los políticos --concluyó-- pero los perjudicados seremos nosotros".