Los usuarios habituales del gimnasio Forus (antiguo Puerta Palmas, en Valdepasillas) se han encontrado tras la Navidad con que han modificado los horarios de las clases a las que asistían, se han reducido o directamente han desaparecido actividades, algunas muy demandadas. Estos cambios han provocado numerosas quejas en el mayor gimnasio de Badajoz, que cuenta con más de 4.000 abonos familiares. Hasta tal punto que mañana, a las 18.30 horas, está convocada una concentración a las puertas de las instalaciones que el verano pasado asumió la cadena Forus, que gestiona 34 centros en España y Portugal.

Entre los damnificados están los alumnos de Defensa Personal, cuyas clases se han suprimido. Han recogido 418 firmas de socios para hacer valer su protesta, que se suman a otras muchas reclamaciones a título particular. Saly Amar es una de las perjudicadas, se queja de que esta disciplina se practica en este centro desde que abrió. «Estaba muy arraigada», subraya. Precisamente ahora estaban preparándose para examinarse y en septiembre se compraron los kimonos. Como otros socios, esta mujer reprocha a los responsables que hayan decidido los cambios de forma unilateral, en lugar de adaptarse al perfil del cliente que lleva años acudiendo a estas instalaciones. «Hay un malestar generalizado», dice. Critica también los cambios con los monitores. Antes eran especialistas y ahora «todos hacen de todo». En su opinión, no debe ser así para disciplinas como el yoga «que es una forma de vida».

Vicen Carrasco tuvo que acercarse ayer a pilates con mucha antelación porque la clase se masifica. Ocurre con las que han reducido horarios. Como otros socios, denuncia que «el cambio ha sido radical, de un día para otro y sin contar con nosotros». «Es un caos», resume.

SIN PREVIO AVISO / María Isabel Carrasco lleva más de 13 años en este gimnasio y practica varias disciplinas, pero se queja principalmente de que han suprimido las clases de sevillanas y flamenco, cuando ya se había comprado la falta y los tacones, y que lo hayan hecho a mitad de curso, por lo que ahora le será difícil encontrar que la admitan en alguna academia. Además, asegura que ha sido sin previo aviso «y no nos ha dado tiempo a reaccionar». Reprueba también los horarios, que antes se repetían a lo largo de la semana y ahora son cambiantes, con lo cual es complicado compaginarlos con el trabajo y las obligaciones familiares. «Si algo funciona, no tienes que modificarlo, puedes mejorar y añadir, pero no suprimir», se lamenta. A esta socia no le sirve que le digan que es el modelo que funciona en otras ciudades. «El Corte Inglés no vende la misma ropa en Bilbao que en Sevilla», aduce.

Sin embargo, María Isabel Carrasco está dispuesta a «probar» este mes. «Les voy a dar una oportunidad». Eso es lo que busca la empresa. El director de Forus Badajoz, Raúl Pont, apunta que también hay mucha gente satisfecha, que no lo comunica. Pont defiende que lo que han hecho no es modificar los horarios sino cambiar la oferta, que se ha redistribuido, de manera que ha pasado de 203 actividades a la semana, incluidas las virtuales, a 203 presenciales, es decir, con profesor en el centro. Puede estar de acuerdo con que haya quejas por cambiar la rutina de una actividades, pero aconseja «que se pruebe el producto que estamos ofertando», pues en otras ciudades se ha demostrado que funciona.

MODELO / Hay disciplinas que se han suprimido «porque no tienen cabida en el modelo de gimnasio de esta cadena», recalca. «Nadie va a Mercadona a comprar neumáticos, nosotros somos Forus y vendemos un producto», defiende. En cualquier caso, si los socios no se adaptan, se muestra abierto a rectificar «o adaptarnos».

El director reconoce que cualquier cambio genera dudas, más en un centro que lleva 15 años abierto, pero apunta que también hay que ver «la otra parte», es decir, las ventajas que se han incorporado, como la apertura los fines de semana, actividades que antes eran de pago y se han incluido en el abono, como las hipopresivas, canguro y ludoteca gratuita (antes se pagaba) para los hijos e incluso los nietos, clases gratuitas para embarazadas y postparto y además se está montando nuevo material. «Tenemos críticas, pero también hay gente que le gusta el producto que se está vendiendo ahora, es complicado que llueva a gusto de todos», afirma.