Ya es una tradición en Badajoz que los días previos a la llegada de los Reyes Magos, familias enteras y pandillas de amigos se levanten una mañana a realizar el mismo recorrido a pedales. Se trata de la Ciclocabalgata, que se celebra desde hace nueve ediciones en la ciudad, organizada por la Concejalía de Turismo del ayuntamiento y que tiene carácter solidario e inclusivo. Se celebró ayer y destacó su elevada participación, pues se distribuyeron 950 dorsales, con los que se reunieron más de mil kilos de alimentos destinados a los dos comedores sociales.

Todos partieron hacia las once de la mañana subidos a sus biclicletas, algunos también sobre patines, desde el parque de la margen derecha, a la altura del aparcamiento de autocaravanas, donde se concentraron con sus globos de colores. Atravesaron el Guadiana por el puente Viejo para llegar a San Francisco por Santa Marina y la avenida de Europa. La procesión era tan larga que cuando los primeros alcanzaban ya la puerta de Palmas todavía había gente saliendo del parque.

El recorrido transcurrió sin incidentes, según confirmó la policía local. Entre los participantes estaban el concejal de Turismo, Jaime Mejías, que llevaba detrás a su niña y llegó a la meta «desfondado»; así como la de Cultura, Paloma Morcillo, adornada para la ocasión. Mejías destacó el éxito de participación y que se refuerce el perfil solidario de esta convocatoria en estas fechas, además del lúdico. «Es la novena edición, la gente ya sabe que se trata de poner en valor el espíritu navideño y se lo ha currado viniendo disfrazada en familia y tuneando sus bicicletas».

Para los mejor disfrazados se establecieron premios: a la familia, que se concedió a un grupo numeroso de adultos en patines con niños en carritos, todos vestidos de muñecos de nieve; el premio al disfraz de niño fue para una pequeña Reina Maga y, el de la bicicleta, para el Gaspar que llevaba a su hijo en un sidecar con cabeza de camello cargado de regalos y de caramelos (todos los premiados aparecen en las imágenes que acompañan al texto). Al manillar de la bici ganadora iba Moisés Dios Rodríguez, para el que era su tercera edición cargando con su niño, Tiago. El sidecar lo preparó la primera vez que participó y estuvo un mes fabricándolo. Este año había incorporado los caramelos, nada más y nada menos que siete kilos. Además, en esta ocasión ha invertido «una semanita» preparando un remolque donde portaba los regalos. «Yo lo hago para que el niño disfrute y si además recibimos un premio, bienvenido sea», comentó. María Mayo se disfrazó de elfo y a su pequeño Chema de pastorcillo para participar por primera vez de esta actividad, de la que ambos disfrutaron. Había una familia completa (padres y dos hijos) disfrazados de regalos. Surgió «porque nos hemos mudado y teníamos muchas cajas, la ocurrencia ha sido de la niña y nos hemos apañado», contó la madre, Mariángeles. «Nos hemos divertido mucho haciéndolo y ahora también participando», dijo. También era su primera vez en la Ciclocabalgata y seguro que no será la última.