Poner al día cualquier vivienda es una tarea ardua y costosa, más si se trata de la casa de Dios y, sobre todo, si Dios tiene varias casas y éstas tienen unos pocos siglos de antigüedad.

En estos días de Semana Santa, los templos de la ciudad son los lugares más frecuentados por fieles y visitantes. Estos escenarios que dan testimonio de la vida, pasión y muerte de Jesús se engalanan, ocultando el paso del tiempo, ... de mucho tiempo sin ver un andamio que ponga fin a grietas y humedades.

"Gran parte del patrimonio de las iglesias más antiguas de Badajoz están pidiendo suplicantemente una mano piadosa que se ocupe de su restauración", según el delegado episcopal de Patrimonio la Archidiócesis de Mérida-Badajoz, Francisco Tejada Vizuete, quien reconoció que "la catedral es el templo por excelencia de la ciudad y el más problemático, ya que está falto de una restauración integral". Aunque después de la Semana Santa se acometerá la rehabilitación del retablo mayor, con fondos de la Junta de Extremadura y Caja Badajoz, Tejada Vizuete reconoció que "las actuaciones son lentas y a cuentagotas, con lo que cuando concluya esta reforma hay dos retablos del siglo XVII, que necesitan ser restaurados".

La iglesia de Santa María la Real, antiguo convento de San Agustín, de finales del XVI, presenta unas cubiertas en muy mal estado y su exterior tampoco ofrece la mejor imagen. También la de Santo Domingo ha sufrido serios problemas estructurales, que pusieron en peligro su fachada. "Sin embargo la iglesia de San Andrés se encuentra muy bien conservada, sus mejores obras están restauradas y salvadas", según Tejada Vizuete, quien reconoció que "lo patrimonial no es fácil de abordar porque en los últimos 25 años se ha ampliado este concepto y también nos preocupa el patrimonio documental y bibliográfico".

En este sentido destacó que "la gran tarjeta de visita, no conocida, del patrimonio de la diócesis es la biblioteca del Seminario, sin duda la mejor de las bibliotecas históricas que hay en la región, sus fondos clásicos del siglo XV al XVIII, no tienen competidor".

El eterno dilema es quién se hace cargo del mantenimiento y la recuperación de este patrimonio. "Voluntad hay mucha, lo que no hay es un duro porque aquí el mecenazgo no funciona", según Vizuete, quien recuerda que "los responsables de todo este patrimonio somos todos, porque nos beneficia a todos", aunque sostiene que en esto "el gran protagonismo lo tiene la que ejercer siempre la Consejería de Cultura".

El arzobispado mantiene que no dispone de fondos, en sus presupuestos no contempla ningún capítulo para la restauración del patrimonio. "La única premisa es no permitir que las cubiertas se deterioren".

Otro de los asuntos pendientes es la necesaria restauración del convento de San José, habitado por las Adoratrices, muy demandada por los vecinos y otros colectivos. Sin embargo, Tejada Vizuete reconoció que "la restauración de este convento no se está tratando en estos momentos porque los recursos no son suficientes para todo".