Desde hace 20 años sufre hipoacusia bilateral severa (sordera), lo que le llevó a integrarse en la Asociación de Deficientes Auditivos de Badajoz (Adaba), que preside desde hace unos días.

--¿Es la sordera una de las discapacidades más frecuentes?

--Hay multitud de causas que provocan la sordera, que puede llegar en cualquier momento. Rara es la familia que no tiene a alguien con alguna dificultad auditiva, en mayor o menor grado. Lo que ocurre en nuestro colectivo es que nosotros mismos ocultamos nuestra discapacidad, escondemos los audífonos con la melena, cuando no hay necesidad de esconderse, si lo asumimos conseguiremos más cosas, y también seremos más felices. Por eso en muchos sitios nuestra discapacidad no está reconocida.

--Pero se ha avanzado...¿no?

--Desde que se empezó a trabajar en la detección precoz y en la atención temprana se están consiguiendo grandes avances. También hay técnicas como el implante coclear. Hace unos años esto era impensable, hemos avanzado, ya cuentan con nosotros los que tienen que contar.

--¿Qué queda por conseguir?

--Que algún día se erradique la sordera. Nos queda el pleno empleo, la plena adaptación de los medios audiovisuales, y la accesibilidad. Todavía queda un camino largo por recorrer.

--¿Y sus retos en Adaba?

--Hay que adecuar la asociación al Marco de Adaptación al Discapacitado de Extremadura (Madex). Hago un llamamiento porque hay miles de personas sordas que no están asociadas, para mí la mejor medicina ha sido mi asociación.