Los bomberos tuvieron que rescatar en la madrugada de ayer a uno de los conductores de los dos vehículos que se vieron implicados en un aparatoso choque en la carretera de Circunvalación-Reina Sofía, a la altura de la incorporación a la calle Joaquín Costa, junto a la estatuta de los Tres Poetas.

El accidente tuvo lugar a las cinco de la madrugada. En la colisión, entre un Seat Altea y un Audi, quedó atrapado en el interior del primer turismo su conductor que, en principio, no presentaba lesiones que revistieran gravedad. El conductor del otro coche salió por su propio pie y tampoco sufrió lesiones graves, según informaron fuentes del parque municipal de bomberos.

Esta no fue la única actuación de la madrugada. Sobre las 2.30 horas, los bomberos se tuvieron que desplazar a la calle Guadiana, en la barriada de Las 800, para extinguir el incendio que se había declarado en una vivienda situada en el número 22. Ante el temor de que hubiese alguna persona en su interior, se forzó la reja de la ventana, aunque finalmente se comprobó que en esos momentos estaba vacía. Las llamas se iniciaron, por motivos que ayer se investigaban, en el salón de la casa, en concreto junto a una ventana, y la estancia quedó completamente calcinada. El resto de la vivienda se vio afectada por el intenso humo.

CONTENEDORES / Cuando estaban trabajando en la extinción del fuego en esta vivienda, se recibió un aviso por otro incendio en un punto limpio de la avenida Federico García Lorca, en el Cerro de Reyes, donde estaban ardiendo los tres contenedores, por lo que parte de los efectivos se tuvieron que trasladar a este lugar para sofocar las llamas, que también afectaron parcialmente a tres vehículos que se encontraban estacionados junto a ellos.

Además, sobre las nueve de la noche acudieron a una librería de la carretera de Corte de Peleas, donde había salido ardiendo el motor de la persiana de la puerta, aunque finalmente se quedó en un conato. Asimismo, sobre las 23.15 horas acudieron a un bar de la calle Salesianos por un incendio en la cocina, que ya había sido sofocado con los extintores del local cuando llegaron, por lo que solo hubo que ventilar y comprobar los daños.