Los niños en edad escolar de Cerro Gordo tendrán que seguir el próximo curso saliendo cada mañana y volviendo a casa en autobús, porque el colegio que está construyendo la Junta de Extremadura en su barrio no abrirá sus puertas el próximo mes de septiembre, como la Consejería de Educación anunció cuando presentó el proyecto y reiteró cuando comenzaron las obras, sino que se retrasa hasta el siguiente curso, el 2021/2022, según ha confirmado la propia consejería a este diario.

El motivo son los retrasos acumulados al inicio de la obra del nuevo colegio. La Consejería de Educación asegura que en estos momentos «va a buen ritmo», pero recuerda que al principio de las actuaciones se produjeron divergencias entre la constructora y el Ayuntamiento de Badajoz sobre las tasas de residuos y después los trabajos se paralizaron en verano debido a que la empresa estaba esperando a que le llegaran varias estructuras que tardaron en enviarles.

La consejería asegura ahora que a finales del próximo mes de marzo estará terminada toda la estructura, que es el esqueleto del edificio y, al tratarse de un proyecto de gran envergadura, una vez concluida, se acelerará «mucho más» el ritmo de las actuaciones, ya que los operarios van a poder trabajar en varias zonas al mismo tiempo. A pesar de ello, y debido a los retrasos que se produjeron en los inicios, los técnicos de la Consejería de Educación y Empleo calculan que hasta el primer trimestre del próximo año 2021 no va a estar acabada la obra del nuevo colegio, por lo que «este esperado centro educativo» no podrá abrir sus puertas hasta el curso escolar 2021/2022.

Todas estas explicaciones se han trasladado ya a la Asociación de Vecinos del Mirador de Cerro Gordo, con cuyo presidente, Antonio Osorio, se reunieron el viernes en Mérida el secretario general de la Consejería de Educación y Empleo, Rubén Rubio, y el secretario general de Educación, Rafael Rodríguez de la Cruz.

Tras la reunión, Osorio reconoció, según manifestó a este diario, que ya preveían que el colegio no podrá abrir el próximo curso escolar, pues fue una fecha «muy optimista» que la Junta se marcó en el 2018. Pero los vecinos entienden que con los retrasos sufridos, es imposible terminar la obra y equipar las instalaciones en este plazo. «Ya nos lo imaginábamos, pero queríamos que nos lo dijese la consejería», señaló.

Además, el presidente vecinal aprovechó la reunión para insistir en que la Junta solicite ya al ayuntamiento los terrenos para planificar la construcción de un instituto de Secundaria, como viene reclamando este barrio, y así agilizar los trámites. Recordó que los niños que ahora van a Primaria pasarán a Secundaria «y no pueden estar toda la vida montados en un autobús».

A este respecto, los responsables de la consejería han reiterado que la Junta de Extremadura debe comprobar cómo evoluciona el asentamiento de la población en el barrio y también valorar cuál es la aceptación y la demanda de las familias una vez que se abra el nuevo colegio. «La consejería debe evaluar estos dos parámetros antes de tomar ninguna decisión al respecto», insistió. Para Osorio, la respuesta es «un poco ambigua». A él le preguntaron si todos los niños de Cerro Gordo acudirán al nuevo colegio, una decisión que el presidente vecinal desconoce, pues habrá padres que quieran que sus hijos terminen la Primaria en el centro donde la comenzaron.

Cada día salen de Cerro Gordo seis autobuses grandes más un microbús, además de coches particulares, en dirección a cuatro colegios de San Roque.