Casi un siglo, concretamente 91 años, ha tardado en culminar la obra de la ermita de la Virgen de la Soledad de Badajoz, que acaba de concluir con la inauguración, ayer, de la tercera y última planta, que se encontraba en bruto, en la que se ha habilitado el columbario, donde previsiblemente hoy se depositarán ya las primeras cenizas de un difunto. Las obras de la ermita comenzaron en 1929 y en 1935 se inauguró la capilla principal donde está permanentemente la imagen de la patrona, que fue bendecida entonces por el obispo José María Alcaraz y Alenda. En 1986, más de 50 años después, se inauguró la capilla superior, que es la réplica del trono de Luis II de Baviera, bendecida por Antonio Montero y hasta ahora, en el 2020, no se ha terminado, con la adecuación de la tercera planta, inaugurada por el actual arzobispo, Celso Morga.

El columbario de la Soledad dispone de 1.417 loculi, con espacio para 3.224 urnas, pues los hay individuales, matrimoniales y familiares (para cuatro personas). Según contó ayer el hermano mayor, José María Blanco, se cumple así una demanda reiterada de los fieles de la Soledad. Los interesados se pueden poner en contacto con la casa de hermandad, que está situada junto a la ermita, telefónicamente o por correo electrónico. Se contratan por 30 años, que no empiezan a contar hasta el momento en que llegan las cenizas, aunque se haya firmado muchos años antes. Una vez que transcurra este plazo, la hermandad intentará contactar con todos los herederos y, si no fuese posible, o no quisieran renovar el contrato, las cenizas nunca saldrán de la ermita, pues se depositarán en un cenizario común que se ha dispuesto en este mismo espacio, detrás del altar. Los individuales cuestan 1.500 euros, los matrimoniales 2.800 y 5.200 los familiares (más el IVA). Todos los datos figurarán en un registro

Las urnas son específicas, adaptadas al espacio de los cajones de este columbario. Quienes los contraten tienen que acudir primero a la ermita a recoger la urna, llevarla al crematorio y regresar con las cenizas. Si ya ha sido incinerado y sus restos están depositados en otro tipo de recipiente, éstos se tienen que traspasar a esta nueva urna para poderla depositar en el cajón de madera. Cada urna tiene en su frontal grabada la imagen de la patrona y en el cajón figuran los datos de los difuntos en placas, que serán todas iguales.

En el columbario no se permitirá colocar estampas ni flores, porque no hay espacio, pero la hermandad se compromete a mantenerlo «en perfecto estado, con su adorno floral permanente» y con mantos de la imagen siempre expuestos acompañando a los difuntos. Ahora están colocados el que lleva la Virgen el Jueves Santo y el negro y azabache con el que procesiona de riguroso luto el Viernes Santo por la noche. Los familiares podrán visitar a sus difuntos en un horario establecido.

Ya hay contratados quince loculi y otra veintena estaba a la espera de la inauguración para formalizarlos. Entre los firmados hay fallecidos, cuyos restos empezarán a llegar a partir de hoy, mientras que otros interesados lo han hecho con un planteamiento de futuro. El número de loculi del columbario se puede ampliar, pues el hermano mayor asegura que tiene tiene capacidad para 10.000 difuntos. La inversión ha sido de 250.000 euros, sufragada mediante un contrato con la empresa constructora, que se quedará con los ingresos durante un periodo de tiempo, a partir del cual serán para la hermandad.