TEtxtremadura está haciendo aportaciones importantes a la política nacional. Está ocurriendo por boca del expresidente Ibarra y del presidente Vara y cada uno en lo suyo. El primero, desembarazado de los compromisos y el estrés del Gobierno, está ahora más dado a la filosofía y al pensamiento. El segundo, atado al día a día de lo inaplazable, orienta su acción nacional por la búsqueda de soluciones a problemas que no sólo afectan a Extremadura, sino a todas las comunidades españolas.

Ibarra, con su propuesta de que la realidad virtual y los derechos y deberes que se desprenden de ella deben recogerse en la Constitución, ha planteado un interesante asunto que tiene dimensión internacional, porque es indudable que todas las legislaciones fundamentales del planeta recogerán pronto esos aspectos del nuevo mundo digital.

Vara, con su idea de que las comunidades autónomas españolas homogeneicen sus legislaciones en cuestiones que son comunes a todas ellas, no sólo le hace un favor a Extremadura y al resto de las comunidades, sino que ayuda a poner las bases de lo que a no tardar mucho será no sólo la España de las Autonomías, sino de las Autonomías Coordinadas.

Quien no lo quiera ver, peor para él. Pero ambos están abriendo camino en cuestiones no sólo no solucionadas aún, sino sumamente embrolladas, y lo están haciendo desde la sencillez y el sentido común. A Ibarra ya empiezan a sonarle los ecos positivos de su propuesta, porque mucha gente entiende lo que dice y algunos ya han empezado a reaccionar favorablemente. A Vara le están contestando positivamente muchas de las comunidades autónomas, y terminarán haciéndolo las que faltan, porque lo que él propone y las soluciones que se derivan de los acuerdos que, sin duda tomarán todas, redundan en beneficio de los ciudadanos de cada una.

De modo que ahora, después de que Extremadura ha encontrado su libertad, su sitio en la historia y su voz, ha conseguido --lo más importante de todo-- que se la escuche. Es lo que yo llamo la aportación extremeña a esta hora de España y del mundo, sin olvidar que Extremadura lleva aportando muchísimo a ambos desde hace siglos.