Otra polémica insulsa, la de la estatua del fundador de Badajoz. Va el ayuntamiento, se hace eco de una demanda popular, la asume y encarga una escultura que tiene todo el sentido desde que los badajocenses cobran interés por su ciudad y su historia, y aparece un grupo supuestamente musulmán clamando porque un pueblo --que los acoge y al que han llegado, a veces huyendo de la crueldad, la miseria y la falta de libertad de sus países--, decide mejorar su patrimonio cultural, pues su religión, dicen, creo que equivocadamente, no permite la figura humana.

Ni Badajoz es una mezquita, que la tiene y orgullosa debe estar de ello, como los musulmanes que acuden a ella de vivir en una sociedad que aspira a ser libre --si lo fuera, habría más formación, también entre las minorías--, ni está por admitir más integrismo tras años --siglos-- luchando para deshacerse del que la jodió desde la Santa Inquisición . Por eso confunde la postura de IU, como si apoyar a las minorías fuera aceptar cualquier integrismo disfrazado de etnicista. Y el silencio del PSOE. No todas las causas son legítimas. Cada uno profese la fe que quiera, pero no intenten imponerla. Además, los interesados pueden hacer otra estatua, abstracta.