El arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil, ha renovado todos los cargos de vicario episcopal, que ha ampliado de los cuatro existentes hasta ahora a seis, y ha nombrado nuevos delegados episcopales para las distintas áreas en las que se estructura el trabajo pastoral de la archidiócesis.

Según ha informado el Arzobispado de Mérida-Badajoz, el vicario episcopal es aquel que se responsabiliza bien de una zona de la diócesis a nombre del obispo o bien de un grupo de personas o área pastoral.

El arzobispo ha dividido el territorio diocesano en cinco vicarías, siguiendo la propuesta 183 del reciente sínodo pacense, con sus correspondientes vicarios, a los que se suman el vicario general de la archidiócesis, Francisco Maya.

Las cinco vicarías son las de Badajoz, Mérida-Tierra de Barros, Sierra Sur-Raya de Portugal, Vegas Bajas-Raya de Portugal y Campiña Sur-La Serena, para las que han sido nombrados Pedro María Rodríguez, Antonio Becerra, Santiago Ruiz, Pedro Gómez y Francisco Manuel Sayago.

Por su parte, el delegado episcopal es aquel que, en nombre del arzobispo, tiene a su cargo la coordinación y animación pastoral de un determinado grupo de personas o de algún sector social.

Por decreto del arzobispo, los anteriores secretarios diocesanos pasan a ser delegados episcopales, hasta un total de doce.