El arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil, fue dado de alta el miércoles por la tarde después de permanecer desde el pasado 27 de julio en el Hospital Clínico de Valencia tras sufrir una arritmia, según informó ayer la archidiócesis.

García Aracil se encuentra ya en su domicilio familiar --pasaba unos días de descanso junto a sus hermanos en un pueblo de Valencia cuando se sintió mal y fue ingresado en la UCI-- y su evolución es "favorable". El arzobispo ha escrito una carta a los sacerdotes de la archidiócesis, a los que agradece su preocupación y cariño, para informarles de su salida del hospital e comentarles que aún debe realizarse algunas pruebas médicas y que todavía le queda un tiempo de convalecencia antes de reincorporarse de nuevo a su labor tras su "grave percance cardiaco".