Sin pausa. El árbitro elegido la noche del jueves por la plantilla de Siderúrgica Balboa y el Grupo Gallardo comenzó ayer a trabajar para resolver cuanto antes el conflicto laboral que la fábrica mantiene desde el pasado agosto. El jefe de la Inspección de Trabajo de Cáceres, Gonzalo González Tejedor, propuesto por el comité y conocido para ambas partes, aceptó este designación tras conocer su elección y ayer mismo ya comenzó a trabajar para evitar el cierre de la planta y el despido de sus 534 trabajadores. Tras los primeros contactos, el árbitro, mediador oficial de la Fundación de Relaciones Laborales, convocó a los representantes de los empleados, primero, y a la dirección de la empresa, posteriormente, a sendas reuniones que se producirán esta mañana a las 10 horas y a las 12, respectivamente.

Trata así el inspector de poder elaborar lo antes posible el laudo arbitral que será de obligado cumplimiento para las partes y permitirá dar una salida al conflicto laboral en la siderúrgica.

El acuerdo de optar por el arbitraje ha devuelto la esperanza a la siderúrgica, porque esto garantiza que la industria no se cerrará el próximo martes, 19 de noviembre, como anunció Alfonso Gallardo hace solo una semana tras no llegar a ningún acuerdo con los trabajadores. Sin embargo, la incertidumbre continúa en el ambiente. Los despidos no serán 500, pero sí se efectuarán, estiman los sindicatos, así como las posibles rebajas salariales previstas en el plan inicial rechazado por la mayoría de la plantilla.

Miguel Angel Rubio, de UGT, asegura que es la solución menos mala para el enquistado problema en la siderúrgica. "No había alternativa", sostiene Melitón Rodríguez, responsable de Industria de CCOO, que destaca la solvencia del árbitro elegido en este proceso. Este acuerdo final, tras más de un mes de negociaciones, ha sido valorado por los principales líderes políticos de la región, que desde el primer momento han defendido la continuidad del diálogo hasta llegar a un pacto. El presidente del Gobierno extremeño, José Antonio Monago, alabó ayer la actitud de la plantilla de Siderúrgica Balboa y la dirección del Grupo Gallardo al aceptar un arbitraje. "Es un paso importante", señaló el jefe del Ejecutivo, que confió en la "buena voluntad de las partes" y que no antepongan ningún interés al interés general. Monago recordó que siempre ha apelado al consenso y a buscar puntos de encuentro, y añadió que este acuerdo supone "tener altura de miras y querer alcanzar una solución". Asimismo, se mostró esperanzado en que el árbitro González Tejedor tome en consideración todas las posturas y busque soluciones "a algo que es viable". "Si tiene viabilidad y genera desarrollo en la zona y en Extremadura, lo que hay que hacer es poner buena voluntad", insistió.

En la misma línea, desde el PP, Juan Parejo se mostró esperanzado en llegar a una solución definitiva, ya que con el cierre de la planta "no gana nadie". "Esperamos que nada ni nadie ponga piedras ni zancadillas ni en peligro esta nueva oportunidad", añadió Parejo, apelando a la prudencia para que al final haya un buen acuerdo.

En el PSOE, tanto el portavoz del grupo parlamentario, Valentín García, como el portavoz del partido, Santos Jorna, coincidieron ayer en destacar que el arbitraje es "la mejor de las noticias" y confían en que se mantenga el mayor número de empleos posibles y en las mejores condiciones. En su opinión, el arbitraje supone entrar en una fase final de arreglar este problema.

Por su parte, IU espera que el conflicto laboral se pueda resolver de la "mejor manera posible" y que el empresario Alfonso Gallardo esté "a la altura" del "compromiso" que están teniendo los trabajadores para el mantenimiento de la empresa ubicada en Jerez de los Caballeros. El diputado Víctor Casco recalcó ayer el "enorme esfuerzo" que está realizando la plantilla por mantener sus puestos y hacerlo "con un mínimo de dignidad", ya que sus salarios son los más bajos del país en relación a otras siderúrgicas.

El secretario de UGT, Francisco Capilla, consideró el pacto un "ejercicio de responsabilidad" por ambas partes y destacó que así se ha conseguido salvar ese "germen" que seguirá alimentando el tejido industrial de la comunidad.