El servicio municipal de bomberos tuvo ayer una jornada ajetreada. El suceso de mayor gravedad, por las consecuencias que pudo tener, fue un incendio en un piso bajo de Los Colorines, que hacía las veces de tienda, pues en su interior se encontraron productos de alimentación de todo tipo y electrodomésticos de refrigeración, según confirmaron distintas fuentes.

El fuego ocurrió en el bajo del número 5 de la plaza de Toto Estirado. Se inició pasadas las seis de la mañana y el origen pudo estar en la autoinflamación del alargador al que estaban conectados algunos de los aparatos. Los inquilinos del piso escaparon, pero el humo inundó todo el bloque, poniendo en riesgo al resto del vecindario. Afortunadamente, muchas de las viviendas de este bloque estaba vacías, y sólo se encontraban ocupadas una en el piso primero y otra en el cuarto. Los bomberos tuvieron que hacer uso de la autoescala para rescatar a dos vecinos del cuarto piso y la del primero estuvo retenida hasta que pudo salir.

Otro incendio ocurrió, la medianoche anterior, en un piso de las 500 viviendas, en la calle Víctor Jara. Una persona se quedó dormida con una olla puesta al fuego de la cocina. El humo alertó a los vecinos, que avisaron a los bomberos. El hombre fue trasladado al Infanta Cristina con síntomas de asfixia.