El fuerte viento que sopló ayer por la mañana no impidió que los niños que participan en el primer taller de verano que organiza el Departamento Didáctico del Museo Arqueológico de Badajoz con la Asociación Juvenil Vía Badajoz, llevaran a cabo unas de sus misiones, construir un dolmen con una serie de piezas de gran tamaño y poco peso, que el aire levantaba con facilidad.

María José Oliva, encargada del taller infantil y de las actividades del museo, explicó el plan a los pequeños, niños y niñas de entre 6 y 12 años, y les entregó un croquis para que, "siguiendo unas breves instrucciones y jugando", explicó, dispusieran las piezas, más grandes que ellos, por lo que se esforzaban por trasladar o mantener las piezas al tiempo que aprendían que se trataba de un monumento mortuorio megalítico de la prehistoria.

Un total de 20 niños acudieron el primer día al taller, que ofertaba 22 plazas y que se desarrollará por las mañanas hasta el viernes. Durante el mes de julio habrá otros tres talleres, todos de martes a viernes y en horario de mañana, "con el fin de que los niños conozcan su entorno y la historia de su ciudad a través del juego" y en un entorno privilegiado, la alcazaba.

El taller continuó dentro de las instalaciones del museo con una actividad denominada Tacto del tiempo , consistente en que "los pequeños toquen con sus manos algunas de las piezas que se exponen al público".

Una salida que tenían prevista para conocer un yacimiento arqueológico se pospuso debido al fuerte viento que hizo por la mañana. Hoy y los próximo días harán juegos con vestimentas antiguas, otros siguiendo pistas dentro del museo y fuera, en la alcazaba, además de un taller de arqueología.

Los menores aprendices de arqueólogos "se mostraron muy soprendidos cuando tuvieron en sus manos algunas piezas, como unos mangos con cabezas de tigre y de pantera, que se hacían en la prehistoria, como elementos de adorno en los tronos", contó María José Oliva.