Un verano más los niños toman el protagonismo en el Museo Arqueológico de Badajoz. Cuando llega la época estival --desde hace seis ediciones--, los más pequeños juegan a ser Indiana Jones en los talleres de verano que organiza el museo, a imitar a sus héroes, a esos personajes que ven por la tele explorando fósiles y buscando tesoros en sitios insospechados.

Asisten niños de entre 5 y 12 años y se han superado las expectativas de participación, pues la lista alcanza ya las 30 personas. "Las plazas se cubrieron el primer día", aclara María José Oliva, Jefa del Departamento Didáctico del museo.

Mañana finaliza el primero de los cuatro talleres programados para julio, con un "éxito rotundo, como en todas sus ediciones precedentes", presume orgullosa María Angeles Delgado, coordinadora de la Asociación de San Atón.

La siguiente cita será el martes próximo. Los chicos inscritos pueden construir un dolmen, hacer pinturas rupestres, reconstruir piezas de barro, recorrer los recovecos del museo o excavar; siendo ésta última su favorita, según la impresión de los niños. Abraham explicaba que "nos podemos llevar a casa las piezas que encontremos". Su compañero José Manuel terciaba: "Todos los días nos traemos un regalo para casa".

La programación de las actividades difiere cada día. En un sucinto resumen de las diversas etapas de la Humanidad, los pequeños se familiarizan con la prehistoria, la época romana, la etapa medieval y el mundo musulmán.

Aprender y divertirse son dos términos complementarios y -en este caso-, mejor empleados que nunca. Como bien apunta Delgado, el reto es "que se interesen por la arqueología y la educación desde la base".

En definitiva, una estupenda oportunidad -y distinta a la habitual- de pasar el verano en Badajoz. Estas tareas, permiten además, desarrollar la creatividad del niño, un aliciente más para que los padres no duden en apuntar a sus hijos.