Es tiempo de acabar el año y la serie, que daría para más. Pero no quiero aburrir, si es que el respetable no lo está ya. Si no se publican los resultados de las excavaciones es como si no se hubieran hecho. Porque eso de que se documentan los sitios y luego, con el tiempo, se pueden estudiar los materiales y darlos a conocer es una milonga como otra cualquiera. Porque si el excavador de solares se pone a estudiar lo que ha descubierto, no cobra. En ninguna parte se le obliga a escribir una memoria y a lo que se llama de esa manera en la mayoría de las administraciones regionales, no en todas, dista mucho de serlo. Ya sé que esto es cansino. De no tener razón, alguien podría corregirme. En algunos órganos de gobierno - consejerías de Cultura - y, específicamente, en la extremeña, eso del silencio se lleva mucho.

¿Quién dio por buena la primera memoria del Campillo, sin estudio de materiales? ¿Quién quiso darnos gato por liebre? No puede haber un solo técnico, si lo es, que, callándose, pueda admitir como correcto un trabajo sin acabar. El tiempo ha venido a demostrarlo. Sin estar mal era insuficiente. Pero la culpa no puede recaer solo en el excavador. Si se pagase el trabajo de gabinete, con las condiciones precisas, otro gallo nos cantase. Eso no lo hace ningún contratante, público o privado. Bastante trabajo da cobrarles el servicio. Mucha prisa para comenzar, poca para pagar. En definitiva, algunas administraciones hacen cumplir la letra de la Ley, pero se han olvidado del valor científico de la Arqueología. Solo cubren las apariencias. O sea, en ciertos aspectos estamos peor ahora que en los tiempos del centralismo. Y no estoy seguro de que se actúe de modo menos autoritario. Hemos ido para atrás. Y tampoco se convocan comisiones imparciales para juzgar aspectos opinables. Si fuera así quizás la última memoria publicada sobre los trabajos de la Alcazaba de Badajoz no sería un mero informe descriptivo con planos de colorines, sin análisis de materiales y con un panorama bibliográfico capaz de poner en evidencia a cualquiera. Ni en un trabajo de clase pasaría.

Ustedes dirán. ¿Hemos mejorado la gestión? En algunas regiones sí. Aquí, no. Cosas de la autonomía.