Un siglo después de que Lisboa estrenase el famoso elevador de Santa Justa que sube al Barrio Alto, Badajoz inaugura el ascensor de Felipe Checa, que une la céntrica y comercial avenida de Juan Carlos I con el Casco Antiguo. Salvando los cien años transcurridos y la diferencia de altura, la solución es prácticamente la misma, pues se trata de buscar una alternativa a una importante barrera arquitectónica mediante un mecanismo que muchas ciudades han incorporado.

Fernando Mendoza, delegado en Badajoz de Thyssenkrupp, la empresa que ha instalado el ascensor, contaba ayer que este tipo de soluciones ya son habituales en las ciudades, así como las escaleras mecánicas. Se instalaron cuando las Olimpiadas de Barcelona en Montjuic, en los remontes de Toledo que suben a la diputación y son habituales en el País Vasco donde, por ejemplo, en Getxo existe un ascensor inclinado que baja a la playa.

El elevador de Felipe Checa fue inaugurado ayer oficialmente por el alcalde pacense, Miguel Celdrán, y el presidente de la Diputación de Badajoz, Valentín Cortés, las dos instituciones que han sufragado la inversión.

Allí estaba también el presidente de Apamex (la asociación que demandó la actuación), José Rabanal, que decía que la puesta en funcionamiento de este ascensor, aparte del servicio que presta a personas con problemas de movilidad es ya "un símbolo, un antes y un después en la ciudad de Badajoz, como cualquier otra obra emblemática".