TEtl alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán no sólo se va a congelar el sueldo para el año que viene, como han anunciado muchos políticos en España, sino que además se lo bajará restándose el porcentaje correspondiente a la subida que experimente en los próximos Presupuestos Generales el sueldo de los funcionarios.

Es evidente que Celdrán no está entre los mileuristas de Badajoz, y que por tanto su decisión no va a poner en peligro su economía familiar, pero se trata de un gesto político que le honra y que, demagógico o no, demuestra su casta política. Porque son ellos, los políticos, los primeros que tienen que arrimar el hombro en momentos difíciles para los ciudadanos. Y es evidente que la actual situación económica, lo es. Sin embargo su actuación no sólo debe limitarse a la contención del gasto. Tienen, además, la responsabilidad de impulsar políticas que favorezcan el desarrollo económico de Badajoz.

Pero tampoco son los únicos que deben apretarse el cinturón. Para solucionar esta crisis debemos colaborar todos. Y después de los políticos, deberían echarse ´palante´ los que en los últimos años se han, literalmente, forrado: los constructores. Ahí están las viviendas a medio construir, y los albañiles en paro. Seguro que tampoco pone en peligro la economía familiar de ningún empresario de la construcción bajar el precio de las viviendas para que el mercado inmobiliario recupere el ritmo. En ese sentido la iniciativa del presidente de la Junta de Extremadura es impecable. Al menos, ha conseguido sentar en una mesa a políticos, banqueros y empresarios. Si hay fumata blanca, se verá con el tiempo.

Y también los ciudadanos podemos ayudar. De acuerdo que somos los más jodidos. Pero no podemos volver a la economía del baldosín. Es decir, no se trata de ahorrarlo todo y no gastar un duro; sino de adaptar nuestros nuevos ingresos a nuestras necesidades reales. Y por supuesto, no pagar 1,20 euros por un café.