La fachada de la nave de Electrofil en el polígono industrial de El Nevero ha servicio de soporte para la creación de un gran y llamativo mural, obra del artista Jonathan Carranza, que se muestra muy satisfecho del resultado conseguido en este amplio espacio, pues la pared tiene 58 metros de largo y más de 8 metros de altura.

Trabajó en esta obra entre 4 y 5 días, él solo. Fue un encargo de la empresa. Aunque aparejador de profesión, Carranza se dedica al arte urbano desde los 12 años (ahora tiene 35) y ha puesto en marcha su propia empresa enfocada a la decoración (Sojo, su segundo apellido y su firma) interior y exterior e ilustraciones. Los responsables de Electrofil se pusieron en contacto con él porque querían celebrar los 60 años de la firma y pensaron en un mural en la sede central, a modo de tarjeta de presentación.

Como resultado de una "tormenta de ideas" surgió la propuesta que ya está plasmada en la fachada, con grandes bombillas como "icono de la electricidad" y personajes que portan halos de energía, haciendo un símil de la dedicación de esta empresa a la distribución de material eléctrico. Una enorme e impersonal pared de una nave industrial se ha convertido de este modo en un soporte de arte que se puede disfrutar porque está a la vista de todos.

Este artista presume de la cantera de arte urbano que existe en Extremadura, formada por adolescentes de los 90 que después se han formado en la universidad pero no han dejado esta afición. "Hay mucho potencial", afirma convencido, al tiempo que reconoce que en todas las ciudades existen espacios en los que pueden plasmar su arte.