Una empresa especializada en eliminación de plagas iniciará la próxima semana los trabajos para acabar con las termitas, carcoma y hongos que afectan al artesonado de madera de la antigua sala Capitular de la catedral de Badajoz, cuyo deterioro obligó a que se apuntalara ante el riesgo de derrumbre. La actuación la llevará a cabo Rentokil Initial, que ayer explicó que el artesonado ya ha sido desmontado y se encuentra en el taller del restaurador Jorge Anillo, donde se realizará el tratamiento de limpieza y desinsectación previo a su rehabilitación. Antes de intervenir contra los insectos, se hará una limpieza mediante un barrido y aspirado, tras lo que se reforzará la policromía que está inestable con adhesivos orgánicos y se acometerá la consolidación estructural de cada elemento, puesto que la plaga afecta a más de la mitad de las viguetas del artesonado. Para ello, se retirarán todos los restos que dejan estos insectos tras alimentarse.

El tratamiento contra la plaga propiamente dicha constará de dos fases. En la primera se crearán cámaras tóxicas dentro de la madera y se inyectará un producto biocida o fungicida para que la difusión de entre el 80 y 90% de sección. En la segunda, se pulverizará con el mismo tipo de biocida con el objetivo de cubrir el 100% de las partes de madera en bruto que queden por tratar.

Este tratamiento «curativo», según destacó la empresa, no solo elimina el ataque de xilófagos, carcoma y hongos cromógenos y de pudrición, sino que además los previene.

Esta actuación se enmarca en el plan director de intervención en la catedral que se puso en marcha hace ya varios años. La Consejería de Cultura retomó el año pasado la restauración de las cubiertas de la capilla del Cristo y la Sala Capitular, un proyecto que también incluía la consolidación del artesonado de la antigua.

Esta última es una de las que formará parte del Museo Catedralicio, cuyas obras está acometiendo el Arzobispado de Mérida-Badajoz con la intención de reabrir este espacio renovado y accesible tras permanecer cerca de tres años cerrado a causa de los problemas por las humedades. En este espacio y otros pequeñas salas contiguas, una vez recuperado el artesonado y resueltas las deficiencias por filtraciones de agua en los muros, está previsto que se exhiban la iconografía mariana y las piezas de alabastro italiano.