La memoria histórica de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz se encuentra desde ayer al alcance de los investigadores y del público en general, recogida en 7.900 cajas y escrita en más de 6.000 legajos y en cientos de papiros y libros. El arzobispo, Santiago García Aracil, inauguró ayer el nuevo Archivo Eclesiástico Metropolitano de la archidiódesis, que custodia los fondos documentales procedentes del archivo catedralicio y del diocesano, ambos separados en distintas salas, aunque unidos en una misma sede, situada en la calle del Obispo San Juan de Ribera, 13.

Estos fondos recogen la historia eclesiástica de Badajoz desde sus orígenes en el siglo XIII, cuando solo estaba la catedral, hasta el XX. Los documentos más antiguos son los del archivo Catedralicio (del XIII al XX), mientras que los del Diocesano datan del XV en adelante, siendo una de las secciones más importantes la de órdenes militares de Santiago y Alcántara.

Bulas, privilegios rodados y planeros, describen parte de la historia de la Iglesia en Badajoz y se abren a la sociedad, según el director de los archivos, Teodoro Agustín López, quien recordó que estos fondos documentales, "solo por su antigüedad, tienen un valor incalculable", y "son bienes puestos al servicio de la cultura, abiertos a los investigadores, a los ciudadanos y a la Administración".

Entre las joyas documentales que atesoran los archivos se encuentra un facsímil de privilegio rodado de Alfonso X El Sabio, del 15 de noviembre de 1255 para la Catedral de Badajoz, o la transcripción del primer documento de la diócesis a Mérida, en el que San Cipriano escribe una carta en el año 256, en la que hace referencia a Mérida.

La sede actual albergó desde medidados del siglo XX el archivo diocesano, pero en el 2001 el arzobispado se trasladó a la Casa del Cordón y se lo llevó. Sin embargo, este inmueble se empezó a rehabilitar en el 2005 para acoger el nuevo archivo y durante el 2006 se procedió al traslado de los fondos a las nuevas dependencias. Ahora queda una tarea ardua y costosa por delante: informatizar los fondos.

García Aracil, que estuvo acompañado por la directora general de Patrimonio Cultural, Esperanza Díaz, la concejala de Cultura, Consuelo Rodríguez Píriz, y los responsables de Caja Sur, entidad patrocinadora, destacó "la utilidad y dimensión práctica" de estos archivos, que en futuro acogerán fondos de los archivos parroquiales. Además anunció que "se abrirán colaboraciones" con la universidad y con la Junta de Extremadura.