La Asociación para la Atención, Reinserción y Asesoramiento de la Mujer Prostituida (Apramp) funciona en Badajoz desde hace seis meses y ha firmado un convenio con el Instituto de la Mujer de Extremadura para poner en marcha una casa de acogida, que de momento es un centro de día dirigido a este colectivo. Este centro funciona en un piso de la ciudad, cuya dirección prefieren no revelar para evitar recelos entre el vecindario.

María Jesús Gómez es la trabajadora social que lleva el proyecto, junto a una socióloga y en breve, una abogada. En principio estas profesionales están haciendo trabajo de calle con las prostitutas que ejercen en la vía pública, normalmente en la carretera de Circunvalación, y además de informarles de la existencia de esta asociación y los recursos de los que dispone, les facilitan preservativos como medida de prevención. Todas las extranjeras aceptan usarlos.

Esta trabajadora sabe que su cometido no es fácil, pues primero tienen que ganar la confianza de estas mujeres y eso no es un trabajo a corto plazo. Una vez que las conocen, la idea es que estas jóvenes acudan al piso que han puesto a su disposición. Algunas ya han acudido a ver las instalaciones, pero esta trabajadora social sabe que es difícil el acercamiento "porque esto es un negocio y no les gusta que nadie meta las narices".

ATENCION ESPECIFICA

María Jesús Gómez apunta que en la ciudad no existe ninguna institución u organización que ofrezca, hasta ahora, atención específica a este colectivo. De momento, en el piso pueden ducharse, descansar, lavar la ropa. Algunas se han acercado, vienen un día, se marchan y tardan en volver. "Se trata de crear un vínculo de confianza con ellas y además el problema está en que como trabajan de noche, de día les cuesta mucho", señala.

La asociación querría contar con una unidad móvil, necesaria para poder atender a un colectivo que funciona en la calle, pero de momento no dispone de este recurso que consideran fundamental. Esta unidad móvil permitiría atender a este colectivo en el lugar donde trabaja. La asistenta social recalca que para estas profesionales será difícil ponerse en contacto con aquellas prostitutas que trabajan en clubes o en pisos, porque son negocios más cerrados, por lo que de momento se limitan a la calle, aunque por ahora sólo han podido contactar con unas cuantas y confían en que unas vayan comunicándoselo a otras.

La asociación ofrece a estas mujeres asesoramiento legal, laboral, sanitaria y formativo, de cara a su reinserción social. Apramp organiza cursos de castellano, de habilidades sociales y de salud. Cuando alguna mujer requiere atención psicológica es derivada a la Casa de la Mujer de Badajoz, de cuyos recursos también pueden disponer.

CIRCUNVALACION

Hasta el momento, la asociación tiene localizadas a unas 15 mujeres que trabajan en la carretera de Circunvalación y el parque de la Legión, aunque saben que hay más, porque los vecinos así se lo han comunicado. Normalmente son nigerianas, rumanas, algunas de aquí y pocas portuguesas. Las nigerianas han sido más receptivas, pero las rumanas son más reacias porque, según María Jesús Gómez, forman parte de redes organizadas.

El principal problema de estas mujeres es que muchas son inmigrantes ilegales y por eso no pueden trabajar en otro oficio. Apramp se ofrece para arreglar su situación. Las extranjeras no tienen problemas con la droga, pero sí la mayoría de las españolas y portuguesas y se prostituyen para poder mantener su adicción. La asociación también les ofrece la posibilidad de desengancharse, pues Apramp cuenta en Madrid con dos centros, uno para toxicómanas y otro en Salamanca. Si son remitidas fuera se les concede una beca para poder sobrevivir, ayuda que se mantiene si siguen el programa, para lo cual existe un control.