Dos tiendas de la calle David de la Maya de Suerte de Saavedra sufrieron sendos robos la semana pasada, con apenas tres días de diferencia. La Policía Nacional investiga todavía la autoría de estos dos sucesos, que ha generado un clima de temor entre los locales comerciales del entorno. Por parte de la Plataforma para la Recuperación de Suerte de Saavedra, su presidente, Antonio Chacón, denunciaba ayer que coincidiendo con las fechas navideñas es constatable la menor presencia policial en la barriada. La Delegación del Gobierno en Extremadura no contestó a estas críticas.

El primero de los robos ocurrió el lunes 17, de madrugada. Tres personas, según contó un testigo que los escuchó y los vio, forzaron la reja metálica de protección de la papelería Ciro, rompieron el cristal de la puerta de entrada y se apoderaron de gran cantidad de material de la tienda, el que estaba expuesto en el escaparate, en las estanterías, así como la caja registradora con calderilla, el ordenador portátil "y todo lo que quisieron", contaba ayer Benito Ledesma, marido de la propietaria, quien se mostraba escéptico sobre la actuación de la policía. Según informó, fue una vecina la que, en el silencio de la noche, oyó los ruidos y avisó a la policía de que estaban intentando entrar. Como no llegaban, llamó de nuevo para decir que ya estaban dentro, pero cuando los agentes llegaron, el robo ya estaba consumado.

Es la primera vez que esta papelería, que abrió el pasado mes de febrero, sufría un robo. Benito señalaba que no se sienten inseguros, "porque esta zona es muy tranquila, de buena gente", sino que están "desprotegidos, sobre todo por la noche, porque no hay vigilancia".

Dos días después, la mañana del jueves, atracaron el Horno de San Fernando, que se encuentra en la misma acera. La tienda acababa de abrir. Eran las 7.40 de la mañana y dentro estaba sola la dependienta, Aroa Martínez. Aroa relató ayer a este diario que entraron tres hombres, jóvenes, con la cara cubierta con pasamontañas. Piensa que seguramente la estaban esperando. Uno de ellos le puso una navaja en la cintura reclamándole dinero. Se llevaron unos 800 euros. Aroa no cree que sea nadie del barrio, "porque a mí todo el mundo me conoce y no me sonaban sus voces". Esta joven también se quejaba de que la policía pasa muy pocas veces.

Hace cuatro meses, en agosto, atracaron la tienda contigua, de la de Granja El Cruce, en aquella ocasión fue un único atracador y lo detuvieron.

Sonia trabaja en Don Congelado, en la misma acera y ayer comentaba que le podía haber sucedido a ella. A raíz de un atraco que sufrieron hace tiempo la puerta de entrada se abre con un timbre por las tardes. Pero Sonia también constató que "la policía no pasa por aquí, hasta que no ocurre algo".