El incremento de 100.541 usuarios en el último año, respecto al 2003, ha agravado el problema de espacio existente en la biblioteca pública Bartolomé José Gallardo, por donde pasaron en el 2004 un total de 375.994 personas, a pesar de contar sólo con 265 puestos de lectura. Esta biblioteca, dependiente de la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura, tiene un "uso intensivo y extensivo durante todos los días del año", según su director, Feliciano Correa, quien recordó que este centro sufre un mayor colapso en épocas de exámenes, como está ocurriendo en este mes de febrero.

"La gente viene a estudiar aquí porque muchas viviendas no reúnen las condiciones necesarias, hay mucho ruido y el ambiente no es el adecuado, en cuanto a luz y temperatura". A pesar de ello reconoció que la biblioteca tiene unas infraestructuras deficientes, "además de haber quedado pequeña comparte edificio con la Dirección Provincial de Educación, que genera en muchos momentos ruidos, a veces motivados por conflictos y manifestaciones de colegios, lo que convierten el espacio en una caja de resonancia".

En estos días, con motivo de los exámenes de febrero, hay gente que se queda sin sitio y se tiene que volver, "muchos están esperando en la puerta a que abra el centro". Feliciano Correa asegura que "no hay ningún museo ni ninguna otra institución en Badajoz de servicio público que tenga ese número de usuarios tan importante".

NUEVA BIBLIOTECA El director de la Bartolomé J. Gallardo asegura que en el 2007 la nueva biblioteca estará abierta al público, junto al puente Real en los terrenos del antiguo ferial, ya que, según recordó, desde la Consejería de Cultura se ha conseguido el compromiso de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, de que la biblioteca se hará y se pondrá en marcha en esta legislatura. Un compromiso en el que también, en su opinión, debería incluirse el Ayuntamiento de Badajoz, en aquello que le competa, puesto que en este proyecto deben implicarse todas las instituciones ya que es una demanda de la ciudad de Badajoz.

La nueva biblioteca debería tener, según Feliciano Correa, espacios abiertos, "lo contrario a lo que ahora hay, ya que tiene salas en distintas plantas", más diáfana y con más luz, que proporcione sensación de sosiego. El nuevo edificio tendría que ofrecer horario continuado para que la gente aproveche mejor el tiempo, sobre todo aquellas personas que vienen de fuera. También sería recomendable que incluyese unas zonas de descanso, una cafetería, así como zonas de aparcamiento. Se debería duplicar los puestos de lectura y habilitar una sala específica para investigadores, además de otra para ediciones facsímiles.