El urbanismo es hoy una ciencia tan compleja como necesaria para ordenar la convivencia y el desarrollo de la ciudad moderna, pero faltan urbanistas. Hay técnicos que saben de urbanismo: arquitectos, sociólogos, biólogos, pero se echan en falta equipos multidisciplinares por aquí.

Algunas de las principales ciudades del mundo nacieron del caos y son caóticas, al menos aparentemente para un profano. No todas las urbes son racionales como las griegas y romanas, ni exquisitas como París, Londres o Praga. Hay otras como Hong Kong, El Cairo o Calcuta que sobreviven en medio del caos --con su belleza--. Quizá no se trate tanto de vender suelo y hacer edificios como de promover actividad, convivencia y servicios.

Este Badajoz de 150.000 almas, devenida por la emigración rural y el desarrollismo de plaza militar fronteriza en _ mesópolis, es aún asequible y tiene un gran potencial de desarrollo, a pesar de un urbanismo que ha oscilado entre la especulación y lo estanco. Quizás el conflicto de las VPO del Plan 60.000 provenga, entre otras cosas, de la falta de un urbanismo riguroso. Y de tics autoritarios que obstruyen el buen gobierno y llevan al consistorio a negar suelo para casas asequibles y a la Junta a imponer su plan. ¿Falta urbanismo, o sentido común?