Esta pacense vivió unos años aventureros escalando montañas por Europa, lo dejó cuando dos amigos murieron en el Himalaya, un mal presentimiento de su marido les impidió ir a esa expedición. Hoy, María dedica su tiempo libre a ayudar a los inmigrantes, es vicepresidenta de Todos iguales, todos legales , hace yoga, meditación y disfruta de Badajoz.

¿Cómo ayudas a los inmigrantes?

-- La mayoría lo que quieren es trabajo y papeles. Lo primero sí que lo suelo conseguir. Existe una mafia positiva entre nosotros, cuando nos enteramos que alguien necesita trabajadores, corremos la voz de unos a otros.

Esto me da una felicidad interior y realmente tengo muy buenos amigos entre rumanos, ucranianos, etc...

¿Esta es la receta de la felicidad?

-- Es la conjugación de diversión y ayuda a los demás. También hay que llevar una vida lo más plena posible, para ello es imprescindible tener cultura, solidaridad, espiritualidad y hacer deporte. Por ejemplo, yo hago yoga, meditación y ballet, son cosas que me llenan muchísimo. Y Badajoz, aunque es una ciudad pequeña, te permite hacer muchas cosas, es importante que te guste vivir donde vives.