Tras las quejas del vecindario por las molestias y de los hosteleros del río por los perjuicios que les supone y que se han reavivado en los últimos meses con el florecimiento de los negocios en la margen izquierda, el Ayuntamiento de Badajoz va a prohibir la celebración del botellón en el paseo Fluvial, que es uno de los tres espacios de la ciudad autorizados para esta práctica que permite el consumo multitudinario de alcohol en la calle, al amparo de la Ley de Convivencia y Ocio de Extremadura, que data del 2003.

El orden del día de la comisión municipal de Seguridad Ciudadana, Tráfico y Transportes, que se reúne hoy, incluye la propuesta del superintendente de la Policía Local de Badajoz sobre "la idoneidad" de las zonas de botellón de la ciudad autorizadas. El primer teniente de alcalde, Germán López Iglesias, confirmó ayer que lo que pretenden es "eliminar" en botellón del entorno de Puerta Palmas, sin plantear otro espacio alternativo, pues existen otras dos zonas autorizadas. López Iglesias apuntó que en el ámbito europeo y también nacional existen muy pocas ciudades donde esté permitida esta práctica. La decisión del ayuntamiento está fundamentada en las denuncias de vecinos que se quejan de las molestias y también de la hostelería.

En concreto, los responsables de los cinco negocios situados junto a Puerta Palmas hicieron llegar la semana pasada al consistorio un escrito (tiene fecha de registro del 4 de julio) en el que solicitan la anulación de la autorización del botellón junto a sus establecimientos, así como en sus accesos en el paseo Fluvial. Esta solicitud se suma a la que ya remitió al alcalde el 13 de junio el presidente de la Confederación Empresarial de Turismo de Extremadura, José Luis Ascarza, pidiendo información sobre el lugar exacto en el que está permitida la celebración del botellón en el paseo Fluvial "debido a los graves problemas que está ocasionando".

En concreto, los empresarios de los cinco locales de hostelería de la orilla del río (Godoy, Pinball, Zir-cus, Lo que diga la Rubia y Touché), defienden que cuando se decidió autorizar el botellón en el paseo Fluvial no estaban funcionando estos negocios, al tiempo que alertan de motivos por los que esta decisión debe ser anulada o modificada, de forma que no se permita estar en los accesos y delante y en las proximidades de los bares.

Aducen argumentos de seguridad, pues la presencia de miles de personas en las rampas impide el acceso o salida de vehículos de emergencia. Además, los participantes imposibilitan el tránsito de sillas de ruedas, a pesar de que los locales se han visto obligados a adaptar sus puertas y servicios. "Sin embargo, en la situación actual del botellón, estos usuarios se quedarían atrapados en el paseo o bien no podrían llegar a los establecimientos". Se dan situaciones de peligro pues hay jóvenes que circulan en ciclomotores y sin casco, se producen actos vandálicos, a veces enfrentamientos con los hosteleros cuando llaman la atención a los jóvenes, así como se quejan de los problemas de higiene generados por la cantidad de orina que se acumula junto a los locales y de que es habitual que se lancen botellas al río y sus orillas. Advierten asimismo de que hay menores consumiendo alcohol y del perjuicio económico que el botellón les causa los días que estos negocios pueden mejorar su facturación.