En lo que concierne al Ayuntamiento de Badajoz ya no hay problema alguno para que la Diputación de Badajoz acometa el proyecto de ampliación del Museo de Bellas Artes, en la calle Duque de San Germán, en un solar vacío. Ayer la Comisión de Urbanismo concedió la licencia de obras después de que la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Extremadura haya resuelto favorablemente porque considera que respeta la Ley de Patrimonio. Pero esta resolución, fechada el 19 de abril, no es firme, pues existe un plazo de 30 días para que se presenten recursos.

La Asociación Amigos de Badajoz anunció ayer a este diario que presentarán alegaciones y, por tanto, hasta que no se resuelvan no se concederá el permiso municipal de forma definitiva.

El concejal de Urbanismo, Celestino Rodolfo, informó ayer de los avatares sufridos por este proyecto desde que se presentó en el 2007. La actuación que pretendía inicialmente la diputación presentaba tres incumplimientos desde el punto de vista urbanístico, según el ayuntamiento: el edificio, que se ha tramitado como un proyecto de actuación singular, tenía una altura más de las autorizadas, no respetaba la edificabilidad y el tercer punto y más complejo se refería al Plan Especial de Protección del Centro Histórico porque se consideraba que la actuación no armonizaba con el entorno.

MODIFICADO El organismo provincial presentó posteriormente un modificado en el que solucionó el problema de las alturas (rebajaron una), el de la edificabilidad y quedaba el conflicto de la ordenanza porque los técnicos municipales consideraban que no la cumplía en cuanto a materiales, huecos y vanos.

Hay que tener en cuenta que la protección del solar en cuestión se justifica por la existencia en las cercanías de un monumento, como es el convento de Santa Ana, que es un Bien de Interés Cultural. El artículo de la discordia habla de que "siempre que armonicen con el entorno" se admitirán "arquitecturas propositivas de cierto calado cultural y conceptual que supongan un enriquecimiento para el patrimonio edificado de la ciudad", según Rodolfo.

Llegados a este punto, el ayuntamiento determinó que tenía que ser la Consejería de Cultura la que se tenía que pronunciar sobre este aspecto porque en materia de armonización de los entornos, aunque se refleja en esta ordenanza municipal, así lo establece el artículo 39 de la Ley de Patrimonio (de rango superior a la ordenanza), según el cual, con carácter previo a la concesión de la licencia se tiene que recabar el dictamen preceptivo y vinculante de la consejería. Si la Junta estima que el proyecto armoniza con el entorno, el ayuntamiento no tiene nada que decir. Si la resolución fuese negativa, entonces tampoco sería viable urbanísticamente.

El concejal destacó que durante un año el proyecto ya modificado ha estado en la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura, que en diciembre pasado solicitó un informe al ayuntamiento que justificase que el proyecto era viable desde el punto de vista estrictamente urbanístico, tras lo cual la Comisión de Patrimonio Histórico, cuyas decisiones no son vinculantes, informó favorablemente. Posteriormente, la Dirección General de Patrimonio ha dictado la resolución "y ante eso nosotros no tenemos nada que objetar y se da luz verde una vez que esta resolución sea firme en vía administrativa", recalcó Rodolfo.

Sobre si el ayuntamiento está conforme con esta actuación, el responsable de Urbanismo no quiso polemizar más y señaló que "no somos nosotros los que tenemos que decir eso sino Patrimonio".