Ahora que la Confederación Hidrográfica del Guadiana está cumpliendo con su cometido en la limpieza de la orilla de la margen derecha del Guadiana, todavía destaca aún más la urgencia de derribar las viejas naves cuyas ruinas perviven al otro lado del Camino de Las Moreras. Los vecinos llevan años denunciando que son un foco de insalubridad y de peligrosidad y parece que al fin el Ayuntamiento de Badajoz va a poner fin a estos vestigios y procederá al derribo tanto de la nave de la antigua fábrica de papel, que es de propiedad municipal, como de otras construcciones próximas, cuya propiedad no ha podido determinar y lo ejecutará de forma subsidiaria. Todo ello forma parte del mismo expediente.

El concejal de Urbanismo, Celestino Rodolfo, ha informado que el 9 de julio se solicitó al servicio de Gabinete de Proyectos la redacción del proyecto técnico para proceder a la demolición. Ahora habrá que habilitar una partida de gastos, que rondará los 24.000 euros. Con la antigua fábrica de papel existe el problema de que tienen que solicitar autorización a la Junta de Extremadura para retirar la uralita, que requiere la intervención de una empresa especializada. Este permiso tarda en concederse más de un mes, con lo cual el concejal considera que la demolición podrá acometerse en la primera mitad de septiembre.

Aunque la Policía Local precintó en tiempos este espacio para evitar que alguien pudiera entrar, lo cierto es que en estos momentos no hay nada que impida el paso a ninguna de las naves, que representan un riesgo porque los techos se están cayendo. El concejal de Urbanismo hizo un llamamiento al vecindario para que no se acerque "porque están en mal estado y son un peligro".

La presidenta de la Asociación de Vecinos, Carmen Alor, lleva años reclamando que estas ruinas desaparezcan. Tenían que haber dejado de existir cuando se ocuparon las viviendas sociales, como el resto de las casas que derribaron.