Nada de municipalizar el albergue juvenil El Revellín, gestionado por una empresa privada desde que se puso en funcionamiento en el 2013 hasta que ha terminado el contrato, en octubre pasado. Desde entonces permanece cerrado y el concejal de Juventud, Francisco Javier Pizarro, se había comprometido a aportar un estudio económico financiero comparativo sobre la posibilidad de la gestión pública de este servicio, a petición del grupo de Podemos. Según los datos que aportó ayer, su análisis es concluyente: solo el coste del personal (235.600 euros) superaría el canon del anterior contrato, que era de 217.647 euros anuales.

El cálculo lo ha realizado la Concejalía de Recursos Humanos para la contratación de 8 empleados públicos con distintas categorías profesionales: un técnico superior, cuatro auxiliares administrativos, 4 para el servicio de limpieza y uno de mantenimiento. En total supondrían 16.832 euros mensuales, multiplicados por catorce pagas. Según esto, «la municipalización desde el punto de vista económico no es para nada viable», defendió Pizarro. El informe tiene como base la plantilla de la anterior concesionaria, que no puede ser inferior pues el albergue funciona todo el año 24 horas diarias. Pizarro apuntó que para la Administración el coste del personal siempre es superior que para una empresa privada.

Aprovechando que terminó la primera concesión, el ayuntamiento ha acometido algunas obras de mejora de las instalaciones que van a permitir introducir cambios en el nuevo contrato. Principalmente ha consistido en habilitar una cocina industrial en el espacio que ocupaba un almacén en desuso. El concesionario podrá ofrecer el servicio de hostelería como mejora en el contrato (no se obligará en los pliegos). Antes solo había una opción de cátering externo, que tenía que contratar el huésped o bien llevar su propia comida. Aprovechando esta obra, se han realizado mejoras en los baños, en los que han colocado espejos y las cortinas de las duchas se han sustituido por mamparas.

«ENGORROSO» / La intención del concejal era sacar los pliegos antes de que entrase en vigor el 9 de marzo la nueva ley de contratos públicos, pero no ha sido posible. Ha habido que adaptarlos «y ha sido bastante engorroso», lo que ha retrasado el procedimiento. Pizarro prevé publicarlos «en unos días», si bien no se atreve a dar fecha para la reapertura de las instalaciones. Pizarro es consciente del retraso. Apunta que estuvo barajando la posibilidad de una asignación directa para abrir un par de semanas en Carnaval y en Semana Santa, pero era muy complicado y lo descartó. «Cuanto antes se abra, mejor», defendió.

El nuevo pliego introducirá otras novedades, que ya adelantó este diario. La principal es la dotación presupuestaria del contrato. El canon que abona el ayuntamiento a la empresa para que gestione el albergue será un 30% inferior, «porque hemos calculado que se puede reducir el coste». Además, están estudiando la posibilidad de que el beneficio sea compartido. Antes la pernocta que abonaba el usuario se destinaba íntegramente a las arcas municipales. En el nuevo contrato, un tanto por ciento será para el adjudicatario «y así conseguimos que emplee más esfuerzo en lograr que se aloje más gente en el albergue», razona el concejal, quien deja claro que no pone en cuestión que el anterior concesionario no lo hiciese, pero reconoce que lo más rentable era que no hubiese huéspedes, porque cobraba lo mismo y no generaba gastos, dado que no conseguía ningún rendimiento económico de la pernocta.

La nueva concesionaria seguirá llevando el centro de asociaciones que ahora funciona provisionalmente en la sede de Juventud, en Ronda del Pilar, hasta tanto se reabra El Revellín. Además, el pliego valorará que la concesionaria contrate a personas con discapacidad y que se adopten medidas de protección del medio ambiente. Asimismo se pedirá que los trabajadores conozcan idiomas, fundamentalmente portugués.