Los empresarios de Badajoz se han reunido varias veces para buscar un sello que defina la oferta turística de la ciudad. Lo hacen solos; no al margen del Plan de Dinamización Turística, ni de las administraciones, pero solos. El director general de Turismo se reunió con responsables de hoteles, restaurantes y del parque de ocio y concluyeron en hacer aportaciones y análisis sobre los diferentes aspectos que conformen esa identidad.

El origen árabe Badajoz, la frontera, las dotaciones e infraestructuras que ayudarán a definir la oferta: turismo de congresos y ferias para profesionales y empresarios; cultura y patrimonio; paisaje; gastronomía, que será una de las patas del banco, entre otras.

Otra cosa es dar con la idea feliz, el slogan que aglutine esos elementos. En cualquier caso, esa iniciativa casa mal con la postura del ayuntamiento de negar su participación en la promoción turística de Badajoz con motivo de la Eurocopa, con la excusa de que ya lo hizo con la Expo de Lisboa. Cuitas personales aparte, un ayuntamiento no puede olvidar sus funciones. Aunque tras negarse a aglutinar la ciudad en torno a la capitalidad cultural que ahora procura Cáceres, no es de extrañar que las cuitas precedan a los intereses de la ciudad. En todo caso, si se busca un sello, que sea de calidad.