El alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, entregó ayer de forma oficial a su homólogo de Olivenza, Manuel Cayado, "un presente" como "prueba de hermanamiento afectivo" entre ambas ciudades en torno a la figura rehabilitada de Manuel Godoy. En efecto, la memoria del Príncipe de la Paz, un político controvertido, fue el nexo del encuentro entre las dos villas "fronterizas y rayanas", que han hallado así una parte de su historia común.

El acto consistió en la entrega simbólica de una réplica del monumento a Godoy, una escultura de Luis Martínez Giraldo, que se instaló en el 2008 entre las plazas de Minayo y San Atón, en pleno centro de Badajoz. Y el acto fue simbólico porque en realidad el monumento ya se encontraba en Olivenza, pues estaba previsto para el 6 de junio, aniversario de la firma del Tratado de Badajoz --por el que tras la Guerra de las Naranjas, la villa volvió a ser española--, pero se pospuso por motivos de agenda.

Olivenza ha dado al monumento una ubicación privilegiada, en la Torre del Homenaje, en la plaza de Santa María, donde donde los alcaldes y el presidente de la Junta descubrieron la figura, que quedó así visitable para el público. El acto se desarrolló después en la plaza.

LOS CRONISTAS Intervinieron en primer lugar los cronistas oficiales de las dos villas. Alberto González, de Badajoz, señaló dos fechas de referencia: 1801, por el fin de la Guerra de Las Naranjas, y 2001, cuando se celebró el congreso internacional sobre Godoy que supuso su rehabilitación para los extremeños, que hasta entonces le habían dado la espalda.

Recordó a un grupo de intelectuales, entre ellos el profesor y artista Francisco Pedraja, presente en el acto, que en el 1967 se ocuparon de la figura del político en la revista de Estudios Extremeños. y calificó a Badajoz y Olivenza como "dos lugares hermanados por el Príncipe de la Paz, que vuelve a casa con todos los honores".

Le siguió el oliventino, Luis Alfonso Limpo, quien tuvo palabras críticas con los extremeños que vieron en Godoy dos tópicos: el "de traidor y el del pla boy palurdo que hizo cornudo a Carlos IV; a cual más falso", dijo, reivindicando así su labor política --en educación, ciencia u obra pública-- y la importancia que tiene para Olivenza que la devolviera a territorio español, por lo que reclamó no ya la falta de complejos ante cierta opinión pública portuguesa, sino tomar su figura como "seña de identidad" y como "Marca de Extremadura".

También criticó la falta de unión entre políticos en el 2001 para repatriar los restos de Godoy, una reivindicación que renovó, así como incluso otra, la de hacer pruebas de ADN a los restos del personaje para demostrar que no era el padre de los hijos de la reina.

RELACION CON PORTUGAL Mientras Celdrán destacaba que la escultura de Badajoz está orientada hacia Olivenza y la de Olivenza hacia Badajoz, Manuel Cayado agradeció "el gesto" y abogó por no enturbiar "las relaciones con la hermana Portugal". Recordó que Olivenza figura en los archivos de la CIA como lugar potencialmente peligroso por conflicto fronterizo y expuso una "reivindicación: pedir a los vecinos --portugueses-- que no se opongan a la línea de alta velocidad que continuará al desarrollo común".

También Fernández Vara valoró "el gesto importante" de Celdrán y de Badajoz con su regalo. El presidente de la Junta destacó, frente "a las verdades eternas" presentadas por algunos historiadores, el valor de "los matices", sobre todo en las relaciones exteriores, y reclamó las mejores con Portugal, que no deben ser revisionistas, sino que deben afrontarse pensando en el futuro desde el respeto mutuo. Para Vara, Portugal "es nuestra suerte".