Ni romería de Bótoa ni de San Isidro. El Arzobispado de Mérida-Badajoz da por canceladas ambas celebraciones, que tienen lugar en Badajoz el primer y tercer domingo de mayo, respectivamente. «Todos los templos están cerrados y los cultos solo se celebran a puerta cerrada por el estado de alarma y, aunque se levantara, el sentido común dice que no se van a poder llevar a cabo estas romerías», afirmó ayer Pedro Fernández Amo, delegado diocesano de Cofradías y Hermandades.

La hermandades de Bótoa y San Isidro ya contaban con que las posibilidades de celebrar las fiestas en honor a la copatrona de Badajoz y el patrón de los campos eran muy escasas, pero estaban pedientes lo que dijeran al respecto el arzobispado y las autoridades sanitarias. En ambos casos, lo tenían todo casi listo por si finalmente hubiera sido posible. Fernández Amo apuntó que la romería de la Virgen del Rocío, que es en junio, ya se ha cancelado, por lo que estaba bastante claro que ni la de Bótoa, el 3 mayo, ni la de San Isidro, el 17 de eses mes, teníaan visos de poder celebrarse.

En la fecha de la romería de la copatrona, que al año pasado reunió a más de 30.000 personas en el entorno de la ermita, es probable que se mantenga aún el estado de alarma ante su previsible prórroga y el hermano mayor de Bótoa, Gonzalo Robles, entiende que no se podría aplazar a junio por las altas temperaturas y tampoco tendrían sentido celebrarla tras el verano. Sí intentarán que esa fecha no pase desapercibida para los pacenses y a través de las redes sociales difundirán vídeos. Además, tras la crisis quieren celebrar una misa de campaña «especial». Este año, la hermandad había cambiado el suelo del coro, que estaba en muy mal estado, y una escalera para acceder desde el exterior, así como una «importante» obra de jardinería.

La romería es su principal fuente de ingresos y ahora deben estudiar fórmulas para afrontar los pagos de estas actuaciones. «En peores charcos nos hemos bañado, ya resolveremos el tema económico», confió Robles.

En la hermandad de San Isidrotenían más esperanzas de poder sacar en procesión a su patrón, por ser la romería a mediados de mes. Tenían previsto reparar el tejado de la ermita este año, pero el inicio de la obra coincidió con el de la crisis sanitaria y se ha dejado pendiente. También la romería es su principal fuente de ingresos, pues solo son 60 socios. «Sin esos ingresos las pasaremos canutas», reconoció su hermano mayor, Rafael Crespo, que no recordaba que la fiesta en honor de San Isidro se hubiera tenido que suspender desde que empezó a celebrar en 1956.