Había ganas de volver a cruzar libremente de uno a otro lado de La Raya y desde el primer día de reapertura de la frontera hispanolusa, tras tres meses y medio cerrada, los clientes portugueses se han dejado notar en comercios, bares y gasolineras de la ciudad. La previsión es que la afluencia de público luso sea mucho mayor el fin de semana, sobre todo teniendo en cuenta que el domingo también abrirá gran parte del comercio.

«Habitualmente veníamos dos o tres veces por semana y todo este tiempo hemos estado pendientes de Badajoz. Hemos notado mucho el cierre de la frontera y creo que los españoles igual», comentaba ayer Hugo Santos, vecino de Campomayor, que junto a su mujer, Ermelinda Borrega, y sus dos hijos, estaba de compras en el centro comercial El Faro. Su plan era, como solían hacer antes de la pandemia, pasar todo el día en la ciudad. Como ellos, muchos otros vecinos portugueses del entorno han vuelto a pisar las principales áreas y superficies comerciales de la capital pacense, donde en zonas como Menacho o en El Faro representan entre el 25 y el 30% de la clientela.

«No ha habido una marabunta, pero sí se ha notado. El miércoles tuvimos mucho público portugués, sobre todo de Elvas y de Campomayor, y de cara al fin de semana lo vamos a notar más», apuntaba Patricia Román, dependienta de la tienda de moda Lydia Fornier, en Menacho, que aseguraba que se había sentido bastante su ausencia en estos casi cuatro meses.

Empujón

«Los clientes portugueses van a dar un empujón, pero no van a salvar la temporada», reconocía el presidente del Centro Comercial Abierto de Menacho, Félix Retamar. En este sentido, señalaba que los comerciantes prefieren ser «prudentes» y por eso han dejado para más adelante las acciones de dinamización que puedan concentrar en este área comercial a muchas personas. «Ahora estamos abiertos de diez de la mañana a diez de la noche en algunos casos, somos muy estrictos en las medidas de seguridad y tenemos capacidad para atender a mucho público, con horarios prioritarios para los mayores, y promociones y rebajas, por eso no vamos a poner en marcha ningún plan que pudiera generar aglomeraciones», justificaba Retamar. En función de cómo evolucione la situación sanitaria y muy pendientes de los rebrotes (en la ciudad se han detectado dos nuevos focos en los últimos días), se diseñarán campañas más específicas para atraer clientes después del verano.

En este sentido, Menacho se posiciona en la misma línea que el Ayuntamiento de Badajoz, que ya anunció que preparaba una gran campaña promocional de ámbito local, regional y también dirigida a Portugal para impulsar el turismo, el comercio y la hostelería para el último cuatrimestre del año, evitando así grandes concentraciones de público durante los primeros meses tras levantarse el estado de alarma.

Seguridad

«Hemos invertido el 30% del presupuesto de este año en medidas de seguridad, los clientes ven los procesos de desinfección y limpieza, se siente seguros y nos lo agradecen viniendo», afirmaba Paulo Bechior, director de Marketing del centro comercial El Faro, donde se espera una gran afluencia de clientes lusos este fin de semana. La media semanal de visitantes que recibe ya alcanza los 85.000 (un 15% por debajo de la cifra que registraba antes de la pandemia), que previsiblemente se incrementarán a partir de ahora con la reapertura de la frontera.

El centro comercial va a poner en marcha algunas actividades de dinamización de cara a las próximas semanas, aunque con medidas para evitar las grandes concentraciones de público. En este sentido, Bechior explicaba que se va a retomar la Ruleta del verano, con más de 3.000 premios, pero en esta edición no se prolongará durante diez días, sino que se llevará a cabo de jueves a sábado en dos semanas distintas «para que la gente no se aglomere».

El responsable de Marketing de El Faro destacaba también el compromiso de las tiendas que se ubican en él que, independientemente de la política de seguridad que ha tomado el centro comercial, también están adoptando las suyas propias, lo que contribuye a que ni clientes ni trabajadores acudan «con temor» a realizar sus compras y a los negocios de restauración.

Si en el párking del centro comercial El Faro han vuelto a verse vehículos con matrícula portuguesa, también su presencia se ha hecho visible en las gasolineras. El combustible en el país vecino tiene un precio más elevado, por eso son muchos los habitantes de los municipios cercanos a Badajoz que cruzan La Raya para repostar. Llenar de combustible sus depósitos en España era una de las primeras ‘citas’ marcadas en sus agendas para cuando se reabriera la frontera.

También los bares y restaurantes pacenses han empezado ya a notar los efectos de la recuperación de la libre circulación entre España y Portugal. «Aunque supone más para el comercio, para nosotros, en general, el público portugués es un tanto por ciento considerable y la reapertura de la frontera va a beneficiar a todos los sectores», resaltaba Laura García, portavoz de la Plataforma Hostelería Badajoz. «Muchos tenemos clientes habituales que vienen de los pueblos de Portugal para tapear, comer o tomarse sus copas y recuperarlos es muy bueno, porque todo suma», afirmaba.