«Escuchamos explosiones y cristales que se rompían después de que un chico que paseaba con su novia por la calle y vio las llamas, entró en el edificio, fue directamente al cuarto, sacaron a la mujer y él bajó las escaleras gritando ¡fuego, fuego!; bajamos todos a la calle y yo sufrí una crisis de ansiedad». Así contó ayer Mari Carmen, vecina del tercer piso, justo debajo del cuarto donde se originó el incendio la noche del miércoles, en la calle Juan Carlos I. Su casa resultó afectada por la explosión de una tubería de agua que ha causado daños en electrodomésticos y mobiliario de la cocina, sobre todo, explicó

Ella fue una de las cinco personas que los sanitarios del SES y de Cruz Roja atendieron por crisis de ansiedad, cuatro de la cuales --una mujer de la que no consta la edad, otra de 51 años y dos varones de 24 y 51-- fueron dadas de alta in situ; y otra, la propietaria del piso donde se originó el fuego, una mujer de 72 años, fue atendida con oxígeno y trasladada al Hospital Perpetuo Socorro también con crisis de ansiedad, según los datos facilitados por el 112.

El incendio se originó poco antes de las 22.48 horas, que fue cuando los bomberos recibieron el aviso, y se dio por sofocado, completamente, a las 2.47, una vez sacado el humo de la vivienda y concluida una inspección del arquitecto municipal, que no apreció daños en la estructura de la vivienda afectada; tampoco en la que se encuentra justo debajo, donde sí se detectaron goteras por el agua de la extinción; ni en el superior, donde en todo caso, ordenó que se practique una prueba de carga, según manifestó a este diario el jefe de servicio de los bomberos, Basilio González.

Cuando llegaron los bomberos, ocho efectivos con dos camiones autobomba, una escala y un vehículo de mando, «el incendio estaba ya desarrollado y habían sacado a la mujer que vive en el piso; la policía había desalojado a los vecinos de los pisos inferiores y el fuego había roto los cristales de la terraza y el fuego ventilaba humo y calor al exterior», señaló González.

Ellos contactaron con los residentes de los pisos superiores para que no intentaran bajar por el ascensor ni por la escaleras y se mantuvieran encerrados en sus casas, con puertas y ventanas cerradas.

Cuando entraron en la vivienda, el fuego estaba «desarrollado y el salón completamente destruido, también parte de la cocina y el resto del piso afectado por el humo», expresó el jefe de servicio, quien destacó «el buen trabajo que realizaron los bomberos del turno de noche, que con muy pocos efectivos hicieron una labor excelente».

Basilio González afirmó que no se sabe si la explosión fue causada por el incendio o si fue ésta la que lo provocó, y que al margen de la prueba de carga ordenada por el arquitecto municipal en el piso que está justo por encima del afectado, ya no tienen que volver, pues de la evaluación de los daños se encargarán las compañías de seguros.

Ayer inspeccionaron el inmueble agentes de la Policía Científica.

Carmen Gómez fue otra de las vecinas del edificio que contó cómo «estaba viendo la televisión cuando llamaron avisando de que había fuego, y bajamos mi marido y yo. Me puse muy nerviosa; cuando salí a la calle, miré hacia arriba y vi las llamas, fue horroroso». También un hombre mayor contó que salieron a la calle cuando avisaron del fuego, «pero a nuestra casa no le ha afectado nada y estamos bien», dijo.