La Fundación Banco de Alimentos de Badajoz necesita reunir a 800 voluntarios que colaboren en la campaña estrella de recogida de productos; es en noviembre y de ámbito nacional. Jesús Reynolds, presidente de la entidad, y su secretario, Manuel Baito, explican que «trabajamos ya para coordinar la principal Operación Kilo del año». Para ello visitan y hablan con instituciones y colectivos para «organizar grupos».

Acaba de concluir la Operación Kilo con los centros de El Corte Inglés en la ciudad --los supermercados de Juan Carlos I y Conquistadores, e Hipercor en El Faro--, en la que se estima que han recogido unos 20.000 kilos de diferentes productos.

La importancia de la campaña de noviembre --días 25 y 26-- está en que se lleva a cabo en todos los centros comerciales y grandes superficies del país, de forma que si en una de las habituales --se hacen en marzo, junio y octubre-- se recogen 25 toneladas de media, en la prenavideña la cifra se eleva a 180, siete veces más.

Ello requiere, según Reynolds, «una gran logística y organización». De ahí la necesidad de voluntarios para estar en los centros comerciales en turnos de 3 horas. «Y siempre es más llevadero en grupo, ya sean familias, mayores, o universitarios», indicó.

El Banco de Alimentos se abastece en un 55% de la propia Fundación y un 45% del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA). La parte de la Fundación depende en parte del trabajo local, por ello Raynolds destaca que «si no fuera por la solidaridad del pueblo pacense, no podríamos continuar nuestra labor».

Asegura que Badajoz es de las ciudades más activas en la búsqueda de sus propios recursos, con continuas visitas a empresas, pues «con la crisis se ha acabado la entrada de excedentes de grandes firmas, que trabajan ahora prácticamente bajo pedido».

La Fundación atiende en la actualidad la necesidad de alimentos de 21.000 personas --entre ellas 504 niños menores de 5 años--, unas 3.000 familias en la provincia, a través de 167 entidades pues no atiende directamente al usuario, sino a instituciones como comedores, centro de transeúntes, inmigrantes, residencias y colectivos como Cruz Roja o Cáritas, entre otros.

Esa cifra es un 10% menor que la de hace unos meses, debido, «a un incremento de los requisitos exigidos para la entrega, que en realidad son papeles habituales pero que no gusta a todo el mundo; y a una demanda menor, quizás por que hay un cierto mayor movimiento económico, al margen de ideologías», señaló el presidente de la Fundación.

Reynolds insiste en la capacidad de solidaridad de los pacenses, pues «no todos los lugares tienen actividad propia como aquí; la hay en Madrid, Barcelona, Sevilla, grandes ciudades por su volumen de personas necesitadas, y en Badajoz, pero gracias a la solidaridad de la gente, si no tendríamos que cerrar». H