Algunos bancos de la plaza de Santa Marta, junto al ´Pirulí´, se encuentran en este lamentable estado. Parece imposible imaginar cómo ha podido romperse de esta forma un banco de hierro forjado. Es difícil conocer el motivo por el cual se ha partido, pues la premeditación es incomprensible. Pero, por lo visto, hay vándalos especialistas en partir este tipo de bancos, dando una patada certera en un lugar determinado, cuyo resultado es el que se aprecia.