Hace tiempo que estamos recibiendo avisos de que las pilas se están agotando en Extremadura. Nos habíamos acostumbrando demasiado a convivir con la batería baja y ver que seguíamos funcionando, pero últimamente los destellos rojos son alarmantes. Hay muchos avisos pero basta con ver que estamos perdiendo población y especialmente joven. Ya no se trata de que haya bajado la natalidad, es que nuestros jóvenes se están marchando y no solo de los pueblos. Y se marchan con formación suficiente para prosperar profesionalmente en otros lugares y no retornar. Últimamente también se están marchando profesionales no tan jóvenes, con muchos años de experiencia, y que tampoco regresaran.

La emigración de jóvenes, y no tan jóvenes, no es el problema, sino la solución personal. El problema es que tenemos las cifras de desempleo más alta y las de renta y PIB percápita más bajas de España. Y ahora España es uno de los países de Europa de mayor crecimiento y Extremadura es de las regiones que menos crece, incrementándose de manera dramática la diferencia con el resto del País. Crecemos menos que la media, pero si creciésemos como la media seguro que estaríamos muy contentos, sin que eso nos sacase de ser los últimos de la fila. Y si creciésemos 5 décimas por encima de la media durante 30 años ininterrumpidamente, cosa que nadie tiene en sus esquemas más optimistas, seguiríamos 15 puntos por debajo de la media. Crecer algo más no puede ser la solución. Tenemos que crecer mucho más, como crecen los países emergentes.

El mayor problema es que parece que nadie se inmuta. Por más avisos alarmantes que recibimos seguimos con los mismos hábitos. Estamos acostumbrados a convivir con esta situación. Los jóvenes ya no se plantean el reto de intentar cambiar las cosas, directamente optan por irse. Y los que se quedan intentan paliar los síntomas sin afrontar los problemas. No hay soluciones únicas ni fáciles ni infalibles. Pero cuando las baterías están agotándose como mínimo hay que conectarse. Pura Ley de la Termodinámica. Nos tenemos que conectar a Madrid y a Lisboa con urgencia, y eso es posible si todos nos ponemos en ese empeño. Hay mucho más que hacer, pero conectarse es innegable y urgente.