El bebé de 22 meses que se hallaba en estado crítico por haberse precipitado desde la ventana de un tercer piso, ha entrado en estado de “muerte encefálica”, aunque aún “mantiene las constantes”, según el último parte del Servicio Extremeño de Salud (SES). El pequeño permanece ingresado en la UCI Pediátrica del Hospital Materno Infantil de Badajoz. Cabe recordar, como ya adelantó este periódico, que la autoridad judicial decretó la puesta en libertad con cargos del padre del niño, que fue detenido por la Policía Nacional acusado de un presunto delito de lesiones graves por imprudencia. El bebe cayó la noche del pasado viernes desde una ventana de la vivienda familiar, un tercer piso, cuando su madre se encontraba fuera de casa trabajando y el padre se hallaba dormido, según confirmó la policía.

Los hechos se cree que ocurrieron antes de las 23.00 horas, cuando el pequeño se despertó en algún momento y fue a coger un juguete junto a la ventana de tal forma que cayó al vacío, según fuentes oficiales —que se refieren a un segundo piso—. También es lo que se desprende de las manifestaciones a este diario de varios vecinos del edificio donde vive la familia, el número 2 de la calle Ricardo Casas Lozano, en el barrio de San Roque, que prefirieron no dar sus nombres.

Fue a la hora antes indicada cuando una vecina, que volvía de aparcar su coche en las cercanías, se encontró al bebé tendido sobre el suelo en las traseras del edificio donde vive la familia, hallándolo herido, por lo que le arropó con una sudadera y de inmediato dio aviso a la Policía Nacional, explicó una vecina de un edificio próximo.

Una vez personada una patrulla en el lugar de los hechos, «los agentes colocaron al pequeño en una posición de seguridad hasta que llegaron los sanitarios del 112». El niño presentaba «la respiración entrecortada y varios traumatismos, si bien mantenía las constantes vitales». El pequeño fue trasladado urgentemente en una ambulancia del 112 al Hospital Materno Infantil «con varias contusiones, en estado crítico». El SES informó después que su estado era «de extrema gravedad, crítico» y que permanecía ingresado en la UCI Pediátrica del hospital.

Por otro lado, la policía llamó de forma reiterada a la puerta de la vivienda de la familia del bebé sin que nadie respondiera ni abriera la puerta, por lo que se avisó a los bomberos. Estos tuvieron que acceder al 3ºD del edificio rompiendo una ventana y abriendo la puerta desde dentro.

El padre, de 40 años, se hallaba profundamente dormido, por lo que no se había enterado del suceso, según la policía, y cuando le preguntaron por su hijo, éste manifestó que estaba en la cuna. Después, explicó a los agentes que se había tomado una medicación a las siete de la tarde y que se había quedado dormido mientras su hijo también dormía en su cuna, por lo que todo apunta a que el niño se habría despertado y, al querer coger un juguete, se había precipitado al vacío desde una ventana. El juguete apareció junto al cuerpo del niño en la calle cuando lo encontró la vecina tendido en el suelo.

Además, la Policía Nacional procedió a la detención del padre del menor, acusado de un presunto delito de lesiones graves por imprudencia. La madre del pequeño se hallaba trabajando cuando ocurrieron los hechos, pues según el vecindario trabaja en un restaurante chino.

Numerosos vecinos consultados por este diario manifestaron haber escuchado «sirenas y ruido de gente». «No salimos porque no pensamos que fuera una cosa así», señaló una mujer, vecina de una planta baja.

Otro joven indicó que «sí escuché ruido en la calle, pensé que pudo ser un accidente o que hubiera jaleo, pero no salí». En parecidos términos se expresaron otras vecinas, si bien todos ellos conocieron lo realmente sucedido por la mañana. Otros precisaron de esta pareja que «son ‘nuevos’, viven con sus dos hijos desde hace dos años»; o que «ella trabaja en un restaurante chino y él creo que está en paro».