Leer potencia la imaginación de los más pequeños y desarrolla la cultura de los mayores. Los chicos se sumergen en un mundo de fantasía con Dora la exploradora, Hello Kitty o Piratas del Caribe. Este hábito ha tenido bastante arraigo el último año y medio en Badajoz, ya que el porcentaje de niños que retira un libro del bibliobús ha crecido en un 17% y el de adultos, un 9%.

Este último dato se debe a que los padres le han cogido gusto a bucear en la biblioteca mientras sus hijos buscan un ejemplar. “Es la primera vez que venimos, pero ella (señalando a su hija pequeña) está alucinando. A mí me gustaría que hubiese cómics para mí”, comenta Bárbara Sánchez, una usuaria que no había descubierto aún la sección para adultos.

En verano se reduce la afluencia a esta actividad -que se puso en marcha a finales de enero de 2010-, pero aún así, es superior a la del año pasado por estas fechas. En total hay 3.500 libros, un 65% infantiles y el resto, para adultos. “Se van renovando porque en el vehículo solo caben 2.000”, explica la concejala de Cultura, Paloma Morcillo. Asimismo, “si el usuario no encuentra lo que busca, pero pertenece a nuestro fondo, se puede solicitar”, matiza.

El bibliobús se ausentó una semana “por vacaciones del personal”, justificó Morcillo. La plantilla se ha reducido en número: antes eran dos, y ahora solo es un auxiliar de biblioteca quien hace la ruta, acompañado por un conductor de Tubasa. Esto, unido a que se han reducido las horas de estacionamiento de los barrios -solo una- y de días en el recorrido -tan solo tres: lunes, miércoles y viernes-, provoca que los vecinos “lo echen de menos y se cuestionen los motivos de su ausencia”, admite Julián Delgado, auxiliar.

La crisis también afecta a la falta de recursos y no se ven tantos libros nuevos. “Lo que más piden son novedades; se nota la crisis en que el poder adquisitivo de los ciudadanos no es el mismo y en lugar de comprarlos, vienen aquí a alquilarlos”, sostiene el auxiliar del bibliobús. Victoria Cancho, una lectora, coincide con él: “Yo quería que estuviera el libro de Justin Bieber”, sugiere.

El autobús que presta los volúmenes circula por zonas que carecen de biblioteca municipal, como las pedanías de Villafranco del Guadiana y Gévora -“donde funciona especialmente bien”, apunta la edil-, y los barrios de La Paz, María Auxiliadota, Urbanización Guadiana, Cerro Gordo, Ronda Norte, Valdepasillas o Las Vaguadas.

Con el DNI y dos fotografías es suficiente para hacerse la ficha y retirar un ejemplar. Durante un mes -los adultos- y quince días -los niños- pueden quedarse con él, aunque éstos últimos “son los primeros que los devuelven porque son devoradores de libros”, subraya Delgado. “Estoy muy contenta con el servicio porque he encontrado el que quería, Monster High, que es muy popular”, apunta Victoria. “Además, mis padres me van a levantar un castigo porque voy a leer”, añade.

“La cultura no tiene por qué vivir ese proceso de crisis que vivimos ahora los demás”, considera Delgado.