La concejala de Cultura, Consuelo Rodríguez Píriz, ha adoptado la decisión de cerrar de forma indefinida la biblioteca municipal del Cerro de Reyes tras sufrir una nueva agresión el bibliotecario, la segunda después de que en septiembre fuera víctima de otro ataque por parte del mismo grupo de jóvenes que suele apostarse en las inmediaciones y que no han dejado de ocasionar molestias al trabajador y a los usuarios de este centro.

Sobre las seis de la tarde del jueves, el trabajador que ocupa el cargo de auxiliar de biblioteca realizaba actividades con los niños cuando desde fuera empezaron a tirar objetos a las paredes y las ventanas de la biblioteca. "Los niños estaban asustados y salió a decirles que por favor lo dejaran, entonces un grupo de cuatro o cinco empezaron a darles patadas y puñetazos y lo tiraron al suelo", según la concejala.

Aunque consiguió zafarse y refugiarse en el interior, "intentaron agredirle con una barra de hierro", explicó Rodríguez Píriz, quien aseguró que "afortunadamente las lesiones no son muy graves, sufre en el oído un poco de hemorragia y contusiones". Estos hechos fueron denunciados a la policía, que trabaja en la detención de los autores, "que son conocidos por todos y creemos que uno de ellos es menor".

Según Rodríguez Píriz este trabajador lleva un año y medio en la biblioteca del Cerro de Reyes y en este tiempo ha recibido insultos y amenazas, "y esto ha sido lo último", la gota que ha colmado el vaso, porque no volverá a incorporarse a este puesto. Su antecesora "sufrió baja por ansiedad y depresión por la tensión permanente por los insultos de esos chavales, que además trapichean con drogas", afirmó.

UN BUNKER La situación de esta biblioteca "es muy complicada", ya que lleva varios años siendo objeto de continuos ataques vandálicos, las cerraduras tienen que ser cambiadas o arregladas con frecuencia, sobre la terraza tiran basura con lo que taponan el desagüe y cuando llueve se inunda y causa goteras, que han tenido que ser reparadas varias veces.

"Hemos pintado por fuera el edificio en numerosas ocasiones porque llenaban la pared de pintadas y suciedad, pero al día siguiente estaba igual". Además, utilizan el exterior para tirar basura "y para hacer sus necesidades", según relató Píriz, quien afirmó que la biblioteca "parece un búnker, le hemos puesto rejas y vallas metálicas para que no pudieran romper los cristales, pero los rompen".

Este cúmulo de acciones vandálicas ha llevado al ayuntamiento a decidir el cierre de esta biblioteca, no por el coste económico que supone a las arcas municipales sino porque "nadie quiere ir allí a trabajar, no puedo mandar a un bibliotecario y siete policías".

También se quejó de la poca colaboración que prestan los vecinos del entorno de la biblioteca, que, en su opinión, "no ofrecen demasiado apoyo ni se solidarizan, no tenemos testigos, cuando la policía pregunta nadie ha visto nada".

La concejala recordó además que se pidió a la asociación de vecinos cambiar algunas dependencias de su sede por la biblioteca, "pero no han accedido". Por ello considera que "entre todos" hay que darle una solución a este problema.

En su opinión, "los vecinos tienen que concienciarse de que no pueden estar tres organizando la vida a todo el barrio".